martes, julio 17, 2012

Estoy agotada

Ok, démosle rienda suelta a la narrativa...
Anoche Diego se acostó hecho un mar de lágrimas porque no tenía pijama y no quería que sus primos lo vieran desnudo al llegar en la mañana.
Tardé media hora en convencerlo de que todo estaría bien y de que no tiene que hacer todo lo que sus primos hacen. Lo tiene fascinado y maravillado el primo Gabriel que es el de 9 años.
Al terminar ya Santiago se había quedado dormido hecho bolita y cansado de esperarme para que también lo cobijara a él. eran casi las 11pm.
Hoy tuvimos que despertar a las 7:30 am, para estar listos al momento en que los primos llegaran a casa. El acomodo familiar temporal es difícil de explicar, pero digamos que estamos en casa de la Tía Meña, hermana de mi madre, pero la casa es también de mi mamá. Ahora, la ocupan mi tía, mi primo Andrés y su inquilino. Además, como mi primo está divorciado, pero su ex trabaja todo el día, la Tía Meña cuida a los dos hijos de Andrés todo el día. O más bien Susana, la nana que lleva aquí media vida. El caso es que las camas de Gabriel y Max son usadas por Santiago y Diego mientras que nuestro depa, en la planta baja, queda listo.
A las 7:45 am ya habían llegado. A las 8 am subimos a preparar el desayuno. A las 8:45 am comenzaron a desayunar. Diego y Santiago siempre se sientan a la mesa para comer sus alimentos. Así los acostumbramos, no nos gustaba que comieran en la cama o la sala porque todo se hubiera llenado de bichos (aún más) en el Nogalar. Así que aquí es igual, siguen yendo a la mesa a comer. Mi abuela nos acostumbró así a Andrés y a mí, pero por alguna extraña razón Max y Gabriel comen donde se les da la gana cuando quieren. Y Diego quiere retar las reglas y exige hacer lo mismo que sus primitos. Es decir, no habían pasado más de dos horas y ya estábamos discutiendo.
A las 9:30 am finalmente accedieron a bañarse. Antes obvio,descubrimos que de tooodo lo que trajimos no había ropa para los niños. Entre las miles de maletas que empacamos antes de la mudanza, parece que dejamos justo las que traen la ropa de ellos. Así que hay que esperar a que llegue Crix el domingo entrante y traiga con ella las maletas de los hijos. La Tía Meña salvó el día prestándonos ropita de Max.
Luego me bañé y vestí yo. A las 10:30 am Diego y Gabriel se encerraron en el cuarto y Gabriel me contestó "jajá, a mí no me puedes regañar, ni creas que te voy a abrir" y yo me puse fúrica, me descontrolé demasiado. No tolero que un güerquete de 9 años pretenda burlarse de mí. Terminé regañando a Diego por encerrarse con el primo y desobedecer la orden de abrir el cuarto cuando se lo pedí.
Salimos de la casa a eso de las 11 y cacho y hablé tan seriamente como pude con ellos. "Por favor, por favor, por favorsito, pórtense bien con Mami y obedezcan que vengo sola con ustedes y es muy agotador ser madre de tiempo completo." Lavar platos, bañar niños, cocinar desayunos. No tenía bofe y apenas era antes de mediodía y aún necesitaba hacer mis trámites del día.
Casi me puse a llorar cuando después de 15 mails intercambiados me dijeron de la embajada que aún no recebían mi comprobante de pago de la visa. Después de recoger mi pelo del piso hablé como desesperada y no me contestaron. Mandé un nuevo email y me largué con hijos a la UAM.
Camino de la UAM lidié con mis en exceso libres hijos que corren por las calles como si esto fuera Sanico Ranch. Santiago se portó un tanto más dócil, y me dio la manita después del tercer grito de vieja loca. Mientras tanto, Diego casi se baja una estación antes en el metro y así...
La cabeza me da vueltas ya...
así que seguiré con el anecdotario mañana...

1 comentario:

Anónimo dijo...

No te van a dar visa porque eres comunista, ni para que hiciste el gasto.