lunes, abril 16, 2012

Hombres de pelo corto

Me vi forzada a cortarle eel pelo a mis hijos y declaro que lo hice bajo protesta y tan tarde como pude porque no quería hacerlo. Ayer domingo a las 10 de la noche di comienzo con Diego y a las 11pm con Santiago.
Ahora se ve más "bebé".
La heteronormatividad nos impone en la mayoría de las escuela públicas y privadas que los niños vayan de pelo corto y las niñas peinadas como "niñas". Esto quiere decir que las que lo lleven corto (que son las menos) lo lleven peinadito y nice y las que lo llevan largo lo lleven recogido y arreglado.
Finalmente, Diego se sintió abrumado por el sistema, cuyo representante más recalcitrante era su mismo abuelo. Vivir con el enemigo en casa puede ser debastador. Diego tiene tan sólo 5 años y eventualmente en su psique iban a poder las palabras de la maestra y el abuelo que todo el tiempo le decían que el cabello largo no era para los niños. Lo defendió como un valiente todo el tiempo que pudo, varios meses de hecho.
Como siempre moviéndose, ¡así se hizo semejante chichón!
 Decía que quería ser rockstar y le cantaba a la gente la canción de "los niños y las niñas somos iguales". Pero luego su abuelo empezó a jalarle el pelo y empezó a darse cuenta que el cabello largo era una fuente de dolor físico. Todavía peleó un par de meses más y hasta se obstinó en no participar en el consurso de rondas escolares con tal de no cortarse el pelo (porque la condición era cortarse el pelo). Finalmente, un día, justo hace dos semanas me dijo: "el abuelo dice que hay rockstars de cabellos corto." Yo en respuesta empezé lo que me dió por llamar "el proyecto wirikuta" porque en el video salen puros cantantes de pelo largo. Me puse a enseñarle a todos los hombres de pelo largo que encontré y él quiso dejárselo largo, pero me dijo que tenía miedo a su abuelo. Al final, llegamos a un acuerdo: el día antes de volver a clases, el último domingo le cortaría el pelo.

Esa promesa la cumplí anoche con todo el dolor de mi corazón. Diego pidió que se lo cortáramos con tijera. Me imagino que para que se lo cortáramos lo menos posible. Santiago en cambio, sufre de salpullido y calores intensos, así que pidió que lo rapáramos (a lo cuál el abuelo también reeclamó porque al hombre NO hay cómo darle gusto).

1 comentario:

Opiniones incorrectas dijo...

¡Qué bien han quedado! :)