Sigo con mis efemérides personales. Hoy 13 de febrero cumple años Raquel.
Raquel roqueó mi mundo. Y lo digo en el sentido más literal, lo vino a sacudir, estremecer y no sé, pasó como huracán que dejó todo en un sitio nuevo. Hay personas que son assí en nuestras vidas, y esto es lo que me pasa a mí con los acuario.
Todo empezó con un salvavidas, le siguió con un quequito y de pronto, puedo asegurar que casi de un día para otro, no me hacía en la vida sin saber de ella. Sé que no es mutuo y que con tolerante paciencia sobrelleva mi desmedida admiración y curiosidad hacia su persona, pero no me importa, es simplemente alguien a quien no me podía quedar sin conocer.
¿Por qué? No sé, esa es la duda que siempre la asalta, y a mí más. Un día me sorprendió Santiago en el súper pidiendome invitar a Raquel a un picnic. Y yo me le quedé viendo extrañada. "Tu quieres mucho a raquel, verdad, Mami?" "¿Sí?" Pregunté más que contestar. "Bueno, entonces yo también la quiero." El picnic, obvio, no se ha hecho, pero ése día me dio mucha risa darme cuenta de que los niños tienen muy claros los afectos de los adultos. Nosotros intentamos ponerle nombre a todo, encontrar una razón para todo, darle un sentido y si no cabe en nuestro esquema hacemos todo por desecharlo para que no nos incomode. En cambio los niños que lo ven todo en sensaciones más básicas lo tienen claro: si se siente bien está bien.
Raquel me cae bien y todo parece indicar que a Crix también. Es una experiencia muy chida, y me alegro pues de mi necedad de conocer a esta personita que puso mi vida de cabeza y la dejó en un orden mejor.
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