Las vacaciones llegaron a su fin. El día de hoy aprovechamos para el último chapuzón y nuestra amiga Zoila nos llevó a pasear a Tlayacapan, que es uno de los pueblos mágicos de México. Estuvimos paseando y viendo artesanías.
Como había puestos en donde te podían hacer trencitas a Santiago le dio por andar con un look hipster.
Fuimos a la iglesia del pueblo y yo intenté marcar a esos anuncios de QUÉ PASO AQUÍ pero en realidad nunca me contaron nada, así que nos dedicamos a apreciar la arquitectura religiosa.
A Diego y Santiago les dio por posar y les tomamos esta foto con el cerro cuyo nombre todavía no averiguo de fondo.
Finalmente fuimos a comer cecina, carne enchilada y longaniza. Al lugar llegó un trío medio desafinado que nos amenizó la comida.
Las vacaciones terminaron. La bitácora también llegó a su fin. Ahorita vamos rumbo a México para el regreso a clases y terminar los últimos tres meses del primer año de primaria de mis hijos. Puedo apostar que disfrutaron muchísimo este viaje y que lo recordarán varios días... en lo que la piel les deja de picar de tanto sol que pescaron.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario