Lesbianización de la Pobreza I

Pobreza alimentaria

El Paso, Tx. A 24 de febrero de 2016

A mí me da, no sé, algo como vergüenza hablar de estas cosas. Sin embargo, creo que es importante hablar de ellas y reflexionarlas. El clasismo alimentario. En mi muro de Facebook se dio una discusión sobre si el veganismo y otras formas de alimentación son o no accesibles para las personas con menos recursos económicos. No quiero introducirme en ese debate, tanto como en el hecho de que surgió un término que me dejó maravillada: “desierto alimentario” que tiene qué ver con la accesibilidad de los alimentos de acuerdo a transportación, recursos económicos y áreas geográficas.

Me hizo pensar en cómo vivimos en este momento Criseida, los niños y yo. Quiero aclarar que, para mí, no es ni mejor, ni peor que antes, ni que otras formas, simplemente es, porque esta es nuestra realidad y es a lo que tenemos acceso. Creo que hay situaciones de vida que no comprendes de todo hasta que las vives, y una de ellas es la de la migración y el cambio de alimentación según la clase. Decía nuestra amiga Gloria (palabra más, palabras menos): “si yo tengo sólo un dólar y muero de hambre, voy a ir al Mc Donald’s a satisfacer mis requerimientos alimenticios, porque necesito las calorías, y claro que me voy a comer una Quarter Pounder sin angustiarme por las reses…” Y lamentablemente, coincido.

Imaginemos, porque tampoco quiero regalar tantos datos personales, que una familia de cuatro personas vive con la entrada fija de sólo una de ellas. Imaginemos que, como dicen muchas personas que se llenan la boca con frases hechas, “ahora ganan en dólares” y que son, pongamos, unos $1100 dólares al mes. Imaginemos pues, que, como la lógica indica, “ahora se gasta en dólares”, y el lugar en el que viven cuesta $500 al mes, y la tuition que hay que pagar son otros $500 al mes y quedan $100 “libres” para pagar las utilities que son como $15 y la laundry que son como $20 al mes, eso deja como $65 restantes para transporte y comida de 4 personas.

Ahora bien, dicen lxs que saben de esto que, las familias deben gastar aproximadamente entre $100 y $200 al mes para un súper SEMANAL para cuatro personas, eso equivale a de $400 a $800 al mes. Así que una familia de 4 que come con $65 al mes, reduce mucho sus oportunidades nutricionales. Sí se logra y sí se puede, porque ahí es donde salen al quite todas las opciones disponibles: el pantry de la iglesia metodista, la comida completa accesible de la iglesia bautista, el fight hunger pantry del student life office, los eventos con free refreshments, el programa de breakfast y lunch gratis del elementary school y todas las invitaciones a comer y cenar de la gente caritativa que la rodea a una. Ah, claro y el free coffee del departamento de creative writing.

Las cosas no son tan sencillas como parecen para nadie, y en nuestro caso personalísimo (que es más personal que lo personal *wink*), al ser lesbianas las cosas se complican de una forma característica: la gente asume que por estar casadas y ser mujeres, otra persona nos mantiene. Lo que se les escapa a sus intelectos, es que Ana tiene que mantener a Criseida y Criseida tiene que mantener a Ana, o en el mejor de los casos Ana se mantiene a sí misma y Criseida a sí misma, pero no hay un marido proveedor que nos venga a colaborar en esto de la manutención. Y ambas necesitamos mantener a nuestro par de “opresores blancos” porque pues, así lo decidimos. Entonces, la cosa es que regularmente las becas adicionales se ofrecen y otorgan a los señores porque ellos tienen familias que alimentar y gastos qué solventar, en cambio una que es mujer, alguien habrá que nos mantenga. Pero cuando eso no pasa, simplemente nos vamos empobreciendo dentro de la violencia estructural del sistema opresor, porque como bien nos hacían notar unas amistades, la pobreza te lleva a más gasto y más pobreza, mientras que el tener “algunas cosas” te permite acceder a ahorros ocultos que te permiten y realizando ahorros, así que sí es cierto: “dinero llama dinero”. ¿Cómo funciona?

Bueno, pues imaginemos otra vez, que tienes $1000 para comida y provisiones. Eso significa que te puedes comprar por mero gusto esa oferta del súper de 10 latas por un dólar cada una, y así te duran diez meses. Fue un ofertón que te ayudó a ahorrar. En cambio, si vas con un presupuesto limitado de $20 al súper terminarás comprando ÚNICAMENTE la lata que NECESITAS por $1.20. Terminas pagando 20% más porque eres pobre y no tienes acceso a la “oferta”. Y así para todo: detergente, ropa, zapatos (porque compras los de 5 dlls baratos que se gastan en un mes, en lugar de poder pagar los de $100 que duran dos años), todo tipo de comida, y no sé, la lista es infinita.

En fin, que, para tocar el tema de la alimentación y la pobreza, creo que hay que darse antes un bañito de empatía y tratar de entender las circunstancias que llevan a cada quién a tomar las “decisiones” y “elecciones” que puede, porque muchas veces no hay de dónde elegir, la decisión es seguir vivx o morir en el intento.