En ese entonces vivíamos con la Tía Meña (juntos pero no revueltos) y ella y el primo de Ana estaban en una fuerte campaña para que Ana quitara los anuncios que hablaban del uso del condón, el aborto, y temas por el estilo. ¿Y qué creen que hice yo? ¡Pues me uní a la campaña! Y acosaba a Ana todos los días para que descolgara tanta publicidad liberal y bochornosa de nuestras ventanas que por cierto daban a un eje vial. Total, que la dichosa posada se llevó a cabo y mis pensamientos estaban llenos de una tremenda lesbofobia. Vamos, reaccioné porque la apariencia y comportamiento de cada una de las mujeres presentes me cuestionaban de una manera muy fuerte mi auto concepto. Dirán ustedes "pues de qué se sorprendía exactamente si Criseida nunca ha sido el epítome de feminidad", y ésa fue mi epifanía muchos muchos meses después y entendí cuanta sabiduría había en las palabras de aquel viejo filósofo contemporáneo, Juan Gabriel, cuando dijo "lo que se ve no se pregunta" (o algo así). El punto es que en ese momento empezó todo mi cuestionamiento personal hacia qué era la diversidad y qué era la tolerancia, porque al menos en ese instante de la vida era yo una intolerante hecha y derecha y de derecha.
Consignas de la primera marcha
En el año de 2004 asistí por primera vez a la Marcha del Orgullo en la Ciudad de México. Yo iba ATERRADA porque de verdad creía que me iba a suceder algo similar a aquella escena de los Años Maravillosos cuando Kevin Arnold le dice a Winnie que la quiere y todo mundo empieza a formar corro y hasta un helicóptero de un noticiero empieza a cubir la nota. En esa ocasión íbamos encima de un trailer haciendo un performance dancístico y fue muy curioso, vivir la marcha del DF me permitió darme cuenta de una cosa: el anonimato de las masas es total.
Claro que no por eso no dejaban de molestarme ciertas consignas que decían: "Lesbiana, yo soy lesbiana porque me gusta y me da la gana" (iba cantadita, aparte); o la de "Alerta, alerta, alerta que camina, lesbianas feministas de América Latina... y el Caribe"; o la de "No, señor yo no me casaré, así le digo al cura y así le digo al juez. No, señor, yo no me casaré, estoy enamorada pero de una mujer" (con la tonada de la canción de Sebastián Curiel, claro). Luego hubo otras más sacrílegas: "Desde el cerro una hermosa mañana, Lupe la lesbiana, Lupe la lesbiana...". El contingente de mujeres con el que Ana y yo estábamos marchando iban con estas consignas. Los padres de gays y lesbianas traían otro rollo, TVMEX otro, los Cabaretitos otro, y así por el estilo. Obviamente, la prensa no relata esas noticias, ni le toma fotos a lesbianas y gays comúnes y corrientes, que van marchando, que llevan su pancarta, que van cantando. Como siempre, los que se llevan la nota son los carnavalescos que hacen tal o cual cosa y los flashes se disparan histéricos para alimentar el morbo y de paso el prejuicio.
Ahí justamente inició para mí una seria reflexión acerca de la diversidad y acerca de la gente que "representaba" el movimiento LGBT. En ese tiempo, con todo y mi inmadurez política, cívica, emocional y demás, andaba yo junto con Ana en el Comité de Cultura del VI Encuentro Lésbico Feminista de Latinoamérica y El Caribe. Debido a esta actividad conocí mucha gente, de todo tipo y con muchas posturas, algunas sin posible reconcilación. Hay gente que está en contra de las marchas por la cuestión de interrumpir el tráfico y demás. Hay otra que está en contra porque en él se reúnen, al parecer, los excesos de la comunidad LGBT, porque hay gente encuerada, porque hay vestidas, porque hay disfrazados, porque hay carros alegóricos, y porque cuando uno va de jeans y camiseta se pierde al lado de una reinota de dos metros de altura súper maquillada y que va lanzando besos.
Y entonces escuché muchos comentarios: que no debíamos marchar con ese tipo de gente porque nosotr@s no éramos así, que qué miedo que nos vieran al lado de ellos, que no era el comportamiento adecuado porque le restaba seriedad a la manifestación, que deberíamos de tener una postura política y no nada más ir bailando la más nueva de las Jeans, que los niños no deberían ir a la marcha porque hay mucho exhibicionismo, que por ese tipo de gente no nos tomaban en serio. ¡Vaya! Interesante, hay diversidad dentro de la diversidad, y más interesante aún, hay intolerancia dentro de la misma diversidad. ¿Qué nos espera afuera, entonces?
Diversidad diversa
No recuerdo dónde leí que la única diferencia entre un homosexual y un heterosexual es el sexo de la persona con la cual comparten la cama y esto, para mí, es verdad para bien y para mal. Es decir, la gente es igual de distinta (valga la paradoja) sea buga o sea gay o sea lesbiana o sea transexual. Hay bugas mal educados y bien leídos, hay gays con más luces que otros, hay lesbianas cultas y sin un ápice de educación, hay transexuales liberales y conservadores (recuérdese el caso de Transamérica)
Y a eso debe añadirse su grupo social, generacional y regional, ¿no? Y el acercamiento que deberíamos tener a la diversidad sexual es igual de importante que el que debemos tener hacia la diversidad social y cultural y religiosa. Claro, en este blog nada más oirán sobre la necesidad de comprender la sexual por obvias razones.
Tolerante no hay camino
Se hace camino al andar...
Una vez dibujada como un bosquejo la bronca de definir y entender el concepto de diversidad, podemos darnos cuenta entonces que la tolerancia, o la intolerancia, es igual de factible entre la misma diversidad. Sin embargo, la palabra tolerar es muy sencilla, sus implicaciones son incluso bastante fáciles. Tolerar, según nuestro regente inquisidor del español, es:
1. tr. Sufrir, llevar con paciencia.
2. tr. Permitir algo que no se tiene por lícito, sin aprobarlo expresamente.
3. tr. Resistir, soportar, especialmente un alimento, o una medicina.
4. tr. Respetar las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias.
La humanidad se da por bien servida con las primeras tres acepciones, pero el verdadero éxito es cuando llegamos a la cuarta. ¡A tolerar el frío! Las personas debemos exigir el respeto.
Mi Zucarita con Leche, es un gusto saber que después de tantos años hayas notado que retirar mi poster del patito de hule fue lo más triste del mundo para mí (la leyenda decía "si crees que este es el plástico más divertido no conoces el condón" con hermoso patito amarillo"). Sin embargo es más que nada muy lindo ver cómo hemos crecido y reflexionado en este camino. ¡Aprender a tolerar es un camino muy valioso y reconfortante!
ResponderBorrar¡Qué bonito post, eres mi héroa!
Hoy no voy a postear nada porque este post está muy chido y para que lo lean mucho!
ResponderBorrarPues sì,,,totalmente de acuerdo "choco-krispy" con leche (Ana), el post de la Zucarita con leche està muy muy padre!
ResponderBorrarTambièn creo que hay una gran diferencia entre: Aceptar y Tolerar, llevo poc tiempo de haberles dicho a mis amigas de mì, y la mayòrìa me acepta, pero una que otra sòlo me tolera,,,creo que es mejor aceptar no?
Y cuando le dije a mis padres tambièn, ooooobvio lo ùnico que hicieron fue tolerar lo que estaba diciendo, no aceptarme, hace poco estaba hablando con mi mamà, y creo que estaba yo equivocada, porque piensa que la relaciòn que tuve con mi ex, fue sòlo confusiòn, y cuando le dije: "y si vuelve a pasar?", me dijo:"ni lo mande Dios", osea creo que no entendiò bien todo lo que le dije la vez que platicamos al respecto.
Creo que serà un proceso muy difìcil y largo para que logren aceptarlo, y peor aùn, para ver si no siguen empeñados en hacerme cambiar de "gustos" y volverme normal.
Saludos chicas!
Besos a los babys
Hola Nena,
ResponderBorrarYo, sin ser de la comunidad, creo que el paso más difícil, pero el más importante es la autoaceptación.
Tengo amig@s que están en la etapa de auto-tolerancia y eso es una cosa muy dura de presenciar.
Muy interesante post.
Saludos!
Dejame tus comentarios en:
lasaventurasdepatito.blogspot.com
que padre post....
ResponderBorrarSobretodo por los años maravillosos ya no lo recordaba.
Un abrazo a l@s 4
KARLA
Anaaaaaa!
ResponderBorrarDisfruté tu post. Me dió risa porque reflexionando encontré que hoy en día hay más productos, cosas, actividades, tipos de vida para INTOLERANTES que para TOL. Si ves la TV un rato te topas con n mil cosas y estilos para todo tipo de intolerancias: leche para intolerantes a la lactosa, cremas para la intolerancia a la vejez, residenciales para intolerantes al ruido, pantallas de tv para intolerantes a ver solo un canal entonces puedes ver 3 al mismo tiempo, pulseras para los intolerantes a los mosquitos...en fin, la lista es del tamaño de la humanidad. Nos hemos ido convirtiendo en seres con chip INTOL en vez de -intel- lo cual se ve reflejado en tantas formas de vida existentes y "tolerables" para las economías hinchadas de hoy.
Super post!
Besos desde D.F.,
B-Les....muaks!
Pero el post no lo escribió Ana!!! Lo escribió Crix!!!
ResponderBorrarCrix realmente muy interesante el post!!
ResponderBorrarCreo que en alguna oportunidad yo les escribí que para mi es muy muy diferente el ser "aceptada" que el ser "tolerada". Para mi la aceptación va de la mano del reconocimiento del otro como tal, es decir que yo acepto lo que reconozco, respeto al otro, este o no de acuerdo con su planteo, con su postura o, como en este caso con su condición sexual o de género, y aca es donde se marca la igualdad. La tolerancia, según yo entiendo, se da más desde un lugar de poder, es como que el que dice "yo soy tolerante" está diciendo "mira que bueno, amplio o poderoso que soy que te tolero..." como marcando un lugar de superioridad... y aca está la diferencia...!
Gente tolerante e intolerante hay en todos lados... yo creo que hay que apuntarle a la intolerancia en general, sin discriminación de genero o elección sexual!!
Chicas como siempre un gusto leerlas!!
Mariela y Noelia
Anónimo: gracias por aclarar que lo escribió Crix...Me confundí, entre Choco Crispis y Zucaritas.
ResponderBorrarBesos,
B-Les
Muy bueno el post, me han gustado mucho las reflexiones sobre la diversidad dentro de la diversidad y la tolerancia dentro de la diversidad. ¡Es tan necesaria...!
ResponderBorrarY esa frase de "tolerante no hay camino"... ¡insuperable! ;)