Resulta que en la nueva escuela de Santiago y Diego hay un huerto. La semana pasada, el martes, Diego llegó con un montón de rábanos, mucho cilantro y un par de zanahorias. Al día siguiente fue el turno de Santiago y llegó muy emocionado con su cosecha: un rábano y cilantro.
Diego que es fan de las cosechas, me dijo que quería sus rábanos en un caldito, que así le había dicho la maestra que se comían. Y Ana y yo que no se nos ocurría que caldo podía llevar rábanos, de pronto se nos ocurrió hacerles un pozole. Y he aquí la historia gráfica.
Después de todo, les pregunté si les había gustado el pozole, he aquí la respuesta:
Ummmm que "buena" pinta tienen esos pozoles!! jajaja no hay mas que lo cosechen ellos como para que estén encantados con sus verduras. Qué graciosos! son unos cracks!!
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