Calaverita 2008

Es la primera vez que Ana y yo llevamos a Santiago y a Diego a pedir Halloween, y no solo eso, sino que yo también pedí Halloween casa por casa por primera vez en mi vida, porque mis padres no fomentaban demasiado esa tradición gringa porque la consideraban ajena a nuestra cultura.

Ana, el año pasado, lamentó mucho no poder llevar a los niños, así que este año se quitó la espinita y nos pusimos de acuerdo con nuestra amiga Stella para ir a pedir Jalogüín por su casa. Como el fenómeno Wall Street nos hizo recordar cuán efímera es la vida, Ana se puso creativa y disfrazó a los bebés de gatos, así evitó hacer grandes gastos en el disfraz. He aquí la historia gráfica:

1. Diego entendió el disfraz perfectamente y en la calle iba diciendo miau miau

2. A Sampi le encantó la idea de estar tocando puertas, él cada que tocábamos una gritaba: Uces!!!!

3. Yo aproveché las festividades para reflexionar sobre la vida, el tiempo, la muerte...

4. Ana modelando el disfraz, noten que hasta los zapatos pintó de morado

5. Una escala en nuestra expedición de dulces

6. Diego pide pan y no le dan, en lugar de eso le enseñaron un perro!!!! Una señora no tenía dulces, pero cuando vio a mis gatos dijo "pero les enseño a mi perro!!!!", como si Diego no tuviera ya 40.