Esta Navidad, para mí (Ana) fue la mejor de todas las navidades que Crix y yo hemos pasado juntas. Empezó muy bien desde el 24 en la mañana. Aunque con la tristeza de que Crix se tuvo que ir a trabajar. Pero al menos ya habíamos adelantado la ida al centro comercial para la foto con Santa el día anterior. Y la verdad fue una delicia ver a Sampi corriendo en ropa interior por todo Galerías Monterrey.
La Navidad desde que Ana y yo estamos juntas siempre ha tenido un toque exótico. Pero bueno, antes de llegar a ese punto, les contaré más o menos cómo empezó el día. Resulta que yo, por primera vez en mi vida tuve que trabajar el 24 de diciembre, así que me alisté y me fui corriendo para trabajar medio tiempo, porque sucede que después de todo, los jefes suelen ser bastante comprensivos con las prisas navideñas, compras de pánico y demás, y dejan salir temprano a toda la banda.
Mientras tanto, yo aguardé en casa tratando de que todo pareciera más habitable. A mí me encanta recibir visitas y el 25 siempre es una buena oportundad porque como todo cierra a veces los amigos no tienen nada qué hacer tras la cena del 24. Pero Crix me dijo que ella no iba a tener tiempo para ayudarme con los arreglos de la casa y que no quería estar a las carreras el 25 en la mañana, así que me puse las pilas y recogí todo mi mugrerito y sólo me faltó pasarles la aspiradora a los niños.
Yo casi me quedo encerrada en el trabajo porque fui de las últimas en salir, pero para mi buena suerte a las 3:30 ya estaba en casa atestiguando los preparativos. La mamá de Ana cocinó bacalao y pan de elote, Ana sintió un deseo incontrolable de iniciar una tradición: hornear galletas de Navidad. Cuando llegué, una charola con masa en forma de reno esperaba ser decorada con M&Ms y eso precisamente fue lo que me tocó hacer: poner ojos, boca y cuernos o esas cosas puntiagudas que tienen los renos en la cabeza. (Se llaman astas, Crix!) Las instrucciones decían que con 8 minutos era suficiente, sin embargo, una vez transcurridos los 8 minutos las galletas no estuvieron listas y a partir de ahí fue una incógnita saber cuándo sacarlas del horno.
Bueno, la verdad es que yo sólo tuve hijos con el único propósito de tener con quién hacer galletas en las Navidades (y ahora todos nuestros detractores tendrán un pretexto para molestar!), así que no pude dejar pasar la oportunidad. Lo malo es que mi madre no tenía cortadores de galletas y me cansé de dibujarlas, así que me puse a improvisar unos renos que vi en una revista. Además, Crix se dió el lujo de ponerles ojitos amarillos y narices verdes. Y tuve así un pretexto para la "anécdota navideña de mi padre," quién no pudo dejar de hacerme notar que comprar un paquete de galletas podía costarme sólo 50 pesos, pero que cuidar de mis hijos: "no tiene precio!"
Apenas salieron las galletas, todos nos metimos a bañar para empezar a vestirnos para la cena de Noche Buena. A las 6:00 en punto todos nos encontrábamos devorando el bacalao. Porque mi madre no quería que nos perdiéramos el "simulacro de cena Navideña." Resulta que siempre ceno temprano con mis padres para poder huir a festejar en lugares diferentes. Me resulta un tanto aburrido quedarme con mis papás porque no son "del tipo festivo." Antes celebrábamos con Myrna, pero desde que su familia piensa que un par de lesbianas no son buen ejemplo para sus hijas buscamos otras opciones.
Apenas salieron las galletas, todos nos metimos a bañar para empezar a vestirnos para la cena de Noche Buena. A las 6:00 en punto todos nos encontrábamos devorando el bacalao. Porque mi madre no quería que nos perdiéramos el "simulacro de cena Navideña." Resulta que siempre ceno temprano con mis padres para poder huir a festejar en lugares diferentes. Me resulta un tanto aburrido quedarme con mis papás porque no son "del tipo festivo." Antes celebrábamos con Myrna, pero desde que su familia piensa que un par de lesbianas no son buen ejemplo para sus hijas buscamos otras opciones.
Y aquí empieza la parte buena, porque habíamos quedado de vernos para la cena con unas amigas que viven en Escobedo, casi en colindancia con Colombia, como la cosa en estas fechas con los taxis se pone heavy, quedamos de vernos afuera de una carnicería. Lo bueno es que no tuvimos que batallar con los taxis a final de cuentas, porque uno de esos amigos que luego tiene mi padre pasó por la casa y nos dió un ride.
Yo, por supuesto, no pude desaprovechar la oportunidad para tomar fotos de la cara de nefastez de Criseida ante la idea de estar esperando en una carnicería en Noche Buena con un par de hijos disfrazados de duendes. Además cabe destacar que el duende azul estaba de mal humor y no dejaba de quitarse su gorro.
Pero a las 8:30, la carnicería tuvo a bien cerrar y tuvimos que esperar expuestas al aire frío de Monterrey. Claro, el cansancio pudo más que el frío y buscamos un lugar para sentarnos a esperar y donde econtramos sitio fue debajo de un puente peatonal en pleno Manuel L. Barragán. En ese instante recibí un mensaje al celular de una amiga preguntando dónde estaba y en ese momento caí en cuenta que podría tratar de explicárselo, pero, bueno, el punto era que estábamos debajo de un puente peatonal Fue en este momento cuando lo del gorro resultó un problema, ya que hacía un poquito de frío en la calle y yo de madre sobreprotectora le estuve neceando para que se lo dejara de quitar. ¡Una cosa es que los tuviera en la calle en Noche Buena y otra muy diferente que quisiera que pasaran frío!
Al cabo de un rato, pasaron por nosotros. Claro, los bebés habían entrado en screen saver mood y se habían dormido. Apenas subimos al carro, Santiago se despertó y no acertaba si asomarse por la ventana, caerle encima a Diego que continuaba durmiendo, jalarle el pelo a su mami o de plano acurrucarse para volverse a dormir. Paty, nuestra anfitriona que llegó tarde por nosotras (no puedo dejar pasar la oportunidad de hacerla sentir culpable por si lo lee), intentó cargar a Santiago, pero éste no se dejó, si hasta parece que entendió muy bien que la culpable de su frío era ella.
Llegamos a la casa de Escobedo (cruz con Laredo) y Diego despertó. Pensamos que se dormiría apenas sintiera calorcito, pero como era una casa nueva, diferente y tenía muchas cosas que romper y sacar de su lugar (y muchos dulces que agarrar, y muebles para mover y escaleras para explorar...), se quedó despierto hasta que nos dejaron solas mientras iban por las chicas que faltaban para la cena y les pusimos a Cri Cri para arrullarlos. Santiago y Diego se durmieron y no despertaron sino hasta el día siguiente. Se quedaron muy calientitos en el cuarto que tenía calefacción. Lo malo es que parecía que se estaban asando un poco en el trajecito de duende...
La cena del 24 , la re cena de Noche Buena, resultó muy amena. La anfitriona y un par de amigas del DF y Ana y yo nos la pasamos compartiendo anécdotas y toda la cosa. A las 3 de la mañana nos dormimos, pero a las 8 de la mañana en punto, Diego se levantó y empezó a arrasar con cuanto adorno navideño se encontró (y finalmente averiguó cómo abrir los dulces), esto propició que cada uno nos fuéramos levantando, hasta Santiago, que no estaba muy convencido de despertar. Paty nos prestó un librito para leerles una historia junto al pinito y fue muy bello abrir los reglaos de Santa y comer galletas en Navidad con nuestros bebés. Comimos recalentado (¡un pavo riquísimo, con relleno de carne con aceitunas y además spaguetti con queso y chile morrón!) y salimos a jugar con los niños al parque en el cual Santiago intentó comerse una piedra. Luego, agotadísimos, los bebés tomaron una prolongada siesta y aprovechamos para empacar y regresar a nuestra casa, a esperar la visita de algunos invitados.
Fue la primera vez, también, que recibimos invitados en casa, al menos la primera vez en muuucho tiempo. La idea era comer recalentado, pero a la hora de la hora comimos unos tamales que nos trajeron a regalar, con más galletas y unas ruffles. El día fue agotador, por eso para antes de las 9 de la noche Diego y Santiago se habían quedado dormidos y yo hacía esfuerzos por mantenerme despierta, hasta que al terminar Love Actually que estaban pasando en la tele, le dije a Ana que lo sentía mucho y que ya me iba a dormir.
Fue así como terminaron nuestras fiestas de Navidad, con nuestra acción acostumbrada, sin regalos materiales, pero por primera vez con mucha, mucha felicidad. ¡Fue un día delicioso, en compañía de los seres que más quiero en el mundo! Una Navidad tan bella que quiero que todas las que vengan sean así de tranquilas y relajadas. ¡Feliz Navidad y próspero Año Nuevo a todas y todos!
Que bonita familia!!!
ResponderBorrarParece que se la pasaron muy bien. Me muero de ganas de estar asi con Sophia y Denisse... envidia de la buena.
Chicas no dejo de reconocerles el enorme esfuerzo que hacen al tener esta visibilidad.
Felices fiestas, hermosas las fotografias.
feliz navidad un poco atrasada y feliz año nuevo.
ResponderBorrarHolaaa!!!
ResponderBorrarOigan pues qué bonita Navidad que pasaron! me gustó mucho lo que acabo de leer, jaja sobre todo la cara de "nefastez" de Cris al estar fuera de una carnicería, jaja Ana pues no inventes! pobres de tus hijos y de Cris, debajo de un puente en plena noche buena y con frío! eso es como para que te crucifiquen..ja..no es cierto.
Me da mucho gusto lo bien q se la pasaron.
Anoche, por alguna extraña razón, les juro, que soñé con Diego y Santiago, eran ellos, y recuerdo q cargaba a Diego y que pesaba mucho.
Es que sus niños están re-lindos.
Un abrazo por la navidad y uno por año nuevo.
Besos para los 4.
Gracias por la valentía y la fuerza que ponen en esto de dar a conocer que nosotras, "las raras" podemos tener una hermosa familia.
ResponderBorrarMuchas felicidades a los cuatro. Y desde mi trinchera, muchísimas gracias por compartir estos momentos tan íntimos.
Cuando sea diputada voy a proponer una ley que prohiba a las madres vestir a sus hijos de una manera que los avergonzará cuando sean adolescentes.
ResponderBorrar:-P
Feicidades chicas!!!
ResponderBorrarPor esa familia tan hermosa, por la pasada navidad y por el año nuevo que pronto llegara...
Santiago y Diego se ven hermosos de duendes, esperemos que el proximo año acepten a Sophia en la fabrica de Santa para que tenga uno de esos.
Un fuerte abrazo para los 4
chicas Feliz navidad atrazada, les deseamos un muy feliz año nuevo, un beso grande a los 4.-
ResponderBorrarQueridas:
ResponderBorrarBuen relato de su navidad a cuatro manos, les envío mi cariño a ustedes desde aquí.
Yo también puse a mis hijotas a hacer galletas de navidad, sólo que más complicadas, ya saben.
Y la verdad es que sí, se vuelve una tradición.
Sean felices. Feliz Año
Chicas muy feliz 2008! Que este año las colme de felicidad y que disfruten de la HERMOSA FAMILIA que tienen!
ResponderBorrarBesos grandes
Ya sé que la finalidad de este blog no es recoger premios. Pero quería decirles humildemente desde mi blog, se han llevado mi premio como Mejor Blog de Activismo Lésbico 2007.
ResponderBorrarAunque no soy madre ni tengo intenciones de serlo, pero soy lesbiana, les doy las gracias por su valentía y su honestidad.
Les deseo un excelente año 2008 a los cuatro.
Gracias Ana!!! Un placer!!! y si hay que seguirle dando a esto, todo sea por Diego, Santiago y los bebos de familias homoparentales (los mios en un futuroooooo jajaja)Un placer chicas y un rico abrazote a Diego y Santiago!!!(que cada vez están mas hermosos!!!) Bendiciones!!!!
ResponderBorrarMarinaXP