A fuego lento

Ayer fue la clausura de la Primera Semana Lésbica Cultural. Y la verdad fue muy grato encontrarnos ahí con toda la gente que está involucrada en el activismo regio y más aún encontrarnos con amistades del DF que vinieron a exponer sus temas.

El día de ayer, el tema general fue el de maternidades lésbicas, de una u otra forma. Estuvimos Ana y yo platicando de nuestra experiencia, estuvo nuestra querida amiga Sara Espinosa presentando los resultados de una investigación que hizo en años pasados sobre el particular, proyectaron una película relacionada y bueno, fue una maravilla poder intercambiar conceptos y proyectos e inquietudes.

Sobre el tema podemos hablar eternamente, pero los resultados que arrojaron este día en particular fueron en cuanto a la acción: y es que es necesario formar un grupo de madres lesbianas o de lesbianas madres que se reuna por lo menos una vez al mes en este Monterrey lindo y querido.

A través de esta página convocamos a todas las lesbianas que sean madres de hijos de cualquier rango de edad, las que estén en espera de algún retoño (ya sea que estén embarazadas o llevando a cabo algún procedimiento de inseminación artificial o reproducción asistida) o parejas en cuyo corto o mediano plazo deseen conformar una familia con hijos para que se pongan en contacto con Ana e ir construyendo redes de apoyo en este renglón.

LO QUE SE AVECINA

Algo de lo cual no hemos hablado en este blog, pero que ha caído como balde de agua fría en este arduo camino por el respeto a las preferencias sexuales y los distintos tipos de familia, es la iniciativa de ley que presenta, si mal no he entendido, un grupo de diputados encabezados por Norma Robles y Javier Ponce. Se trata de la Ley Estatal de la Familia cuya consulta inició en enero de este año y que ya para el 8 de noviembre fue presentada como propuesta al Congreso del Estado. La nota que puede ser consultada en milenio.com dice que:

La iniciativa contempla 63 artículos, y dentro de ella se propone la creación del llamado Instituto de la Familia, que se encargaría de promover y vigilar políticas públicas desde lo que la misma iniciativa menciona como “una perspectiva de familia”.
Establece el concepto de familia como de “carácter natural”, con lo que deja fuera el planteamiento de algunas organizaciones en cuanto a las llamadas “familias alternativas”.
Contempla como derecho el respeto a las costumbres, tradiciones y creencias religiosas, y la reconoce como agente fundamental para el desarrollo social.

O sea, no solo NO avanzamos, sino que vamos patrás.

Y ENTONCES, ¿QUÉ HACER?

Ante el panorama, ante la idea de regular no sólo la manera en que las personas desean vivir, sino hasta el aire que respiran, las preguntas no se hicieron esperar. ¿Qué necesitamos hacer?, ¿Cómo podemos empezar?, ¿Qué clase de previsiones podemos tomar? La primera respuesta fue orientar nuestros esfuerzos hacia la unión, en el sentido de que necesitamos saber quién en nuestra misma situación puede echarnos la mano o sabe de algún recurso de cualquier tipo que nos pueda proteger o mínimo que entienda de pé a pá exactamente cómo nos sentimos. De ahí, el siguiente paso y el siguiente, según se vayan desenvolviendo las cosas.

El fin último, como siempre, es fortalecerse entre sí, encontrar madres que compartan desde las preocupaciones más simples en tanto a los hijos, como las sociales y políticas derivadas de posturas reaccionarias como la Ley Estatal de la Familia, que por fortuna tiene a sus detractores.

¿Y EN UN ASPECTO MÁS CERCANO?

Pero finalmente, la idea en sí, es tener un grupo de apoyo, una retroalimentación constante de cómo contestar ante preguntas o situaciones diversas. Desde cómo enfrentar a la familia de donde provenimos, hasta cómo hemos resuelto nuestros conflictos con las guarderías, escuelas, clases de deporte, padres y madres de familia de niños nacidos en hogares heterosexuales. Cómo enfrentar comentarios de maestros, amigos, extraños, propios y ajenos. Encontrar las respuestas a través de la experiencia, la pura simple y llana experiencia en nuestros contextos y con eso ir deslindando cómo vamos a poner nuestro granito de arena, cómo vamos a exigir respeto, cómo vamos a visibilizarnos, con quién vamos a establecer alianzas, a quién vamos a recurrir y no sé, tal vez hasta en dónde vamos a encontrar consuelo.

EL CIBER ESPACIO

Si mal no recuerdo, Ana ya lo ha dicho en entradas pasadas que tal vez una de las mejores formas con las que podemos hoy en día ir estableciendo vínculos con grupos de lesbianas y madres lesbianas es echar mano de esta herramienta que es el internet y los blogs. Hace falta que más lesbianas y madres lesbianas se atrevan/decidan/animen a contar sus historias. Sobre todo en Monterrey, sobre todo en México. Como dice aquel principio feminista: "lo que no se nombra no existe" y de que existimos, existimos...

En fin, anímense, pónganse en contacto y "construyamos nuestra historia".