Mi padre llamó el lunes pasado con una noticia shockeante. Mi abuela estaba en coma y los doctores le daban dos días más de vida. Yo no cabía en el asombro o más bien, no cabía el asombro en mí, dado que mi padre nunca procuró llevar buena relación conmigo, me ha hablado como diez veces en la vida y además se trataba de la mamá de mi mamá. Sin embargo, aún no entiendo qué lo motivó a buscarme.
Luego de eso empecé a indagar con mis hermanos sobre lo ocurrido, pero no me dieron muchos detalles. Mi hermano dijo que él estaba de malas y mi hermana dijo que habían operado a la abuela pero no sabía bien de qué. Finalmente, el miércoles recibí la noticia de que había dejado la batalla y había muerto sin poder despertar de la inconciencia en la que entró luego de la operación.
Decidí ir al sepelio, aunque tenía la adrenalina al mil por ciento, porque tenía ya más de un año de no hablar con mi madre y porque la última vez que hablé con mi abuela... NO HABLÉ PORQUE ME COLGÓ EL TELÉFONO!!!! Y porque a raíz de nuestro regreso a Monterrey,todo intento de dejar atrás el pasado no fructificó principalmente porque en esta batalla campal, nadie cede un àpice en sus demandas. Sin embargo, mi padre da pasos tambaleantes y no puedo entender cuàl es el fin de todas sus acciones. No importa, porque ahora que mi abuela ha muerto y que la gran parte de mis tíos se acercó a saludarme para decirme lo mucho que me extrañaban y que su familia siempre me ha querido, mi madre fue víctima de una euforia incomprensible para mí.
Anticipando un poco los desequilibrios mentales de mi familia, le pedí a un amigo que me acompañara a la capilla, no quería ir sola pero tampoco quería que vieran agresiones donde no las hay. Cuando entré en el lugar donde estaban velando a mi abuela, me sentí cual Andrea (Angélica Aragón) en Vivir un Poco. Mi madre entró en un furor del que no salió en toda la noche; me llevó de la mano al ataud y empezó a decirme cosas, que mi abuela se había ido en paz, que perdonó y la perdonaron y que arregló todos los asuntos pendientes. No voy a negar que me dolieron esas palabras, porque eso me dio a entender que yo no era tan importante para mi abuela, pero sobre todo que no soy tan importante para mi madre, ya que si ella decidió no hablarme para no contrariarla y darle calidad de vida en los últimos años para poder sentir que no le debe nada a nadie, el precio no fue tan duro ni tan alto, sino más bien colateral. Me pareció de mal gusto recordarle sobre qué tumba estaba parada en realidad.
En la mitad del velorio se me acercó con mucho gusto, todavía. Me dijo: "Criseida, yo quiero llevar una relación contigo, yo tú madre, tú, mi hija y nadie más, no quiero a nadie más". El golpe fue doble, porque la única salida para llevar la fiesta en paz es exactamente lo que ella hizo conmigo, es decir, me pide muy explícitamente que cuando se trate de ella yo no sea más que hija, no madre de sus nietos, no pareja de Ana, no hermana de mis hermanos ni tampoco hija de mi padre... así de claras las cosas.
Ahorita me siento realmente mejor y estoy en el camino de realmente comprender y dejar ir las cosas, de dejar la necedad y vivir y dejar vivir. De vivir con la convicción de que ante esta situación, lo mejor es voltear hacia el nuevo clan, hacia la nueva familia y dejar el cobijo de los padres para crecer y construir un hogar. Yo en verdad quería que mi abuela conociera a su bisnieto y me reconociera en él, y también quería que mi madre amara con locura a su nieto y viera cómo se parece a mí y todos los gestos... pero no puede ser.
Tampoco voy a cargar con esto toda la vida, pero estoy en medio de la introspección, de estar pensando y pensando y pensando... me enojo, me siento impotente, pero los sentimientos tienden a volver a la calma y a aceptar con sabiduría que en esta vida esta lección debía aprender y que hice lo mejor que pude con la inteligencia y madurez que tenía. Y al final del día, después de todo tengo que reconocer que lo mismo aplica para mi abuela y para mi madre...
No es tan literal, pero se acerca mucho a lo que siento: (Pido perdón de antemano a feministas y al lado de Criseida feminista...)
Crix, creo que al final las que mas pierden son tu mama y tu abuelita por no disfrutar a la hermosisima familia que has formado, la verdad te debes sentir muy orgullosa de lo que te has convertido y muy contenta aun con todo lo que falta por recorrer.
ResponderBorrarNo sabes como te entiendo. Una rebota entre racionalizar la cuestión y lo doloroso del asunto. Por suerte tenemos la capacidad de armar nuestras nuevas familias con mucho amor y con otros códigos. Ánimo y unos abrazos desde Buenos Aires.
ResponderBorrarAl fin y al cabo que ni quería...
ResponderBorrarAl fin y al cabo tienes una familia preciosa, que pena que tu madre se pierda de ello...
ResponderBorrar¡Ánimo!
Tu post me ha conmovido mucho.
ResponderBorrarLo que mas valoro y admiro es que decidiste crear tu propia familia y ponerla por sobre todo lo demas.
Gracias por compartir esta vivencia.
Gracias por sus comentarios... hablar de esto siempre deja una especie de resaca, pero bueno, la vida continúa...
ResponderBorrarEyyyy, su familia es hermosa, disfrutenla como lo vienen haciendo, ojalá exista un momento en el que comprendan.
ResponderBorrarLes mando un abrazo:
Oye y yo neceando que porque no posteaban... pos ya me sentí como lucerito en siempre en domingo y con microfono por detras. Mi dosis de filosofía determinista barata pero sincera: La vida se encarga de ponernos en frente lo que necesitamos y quitarnos lo que nos estorba. Los recientes acontecimientos ponen de manifiesto ambas cosas para ti Crix. En resumen, no busques donde nada hay. Forza!!
ResponderBorrarte entiendo perfectamente porque tu familia y la mía se parecen... los siento tan extraños al punto de no saber cómo es que provengo de ellos...
ResponderBorrarmarga: lo chistoso es que una vez le dije eso a alguien, que no sabía cómo es que venía de ellos y me contestó de una manera que aún recuerdo: "El fruto no cae muy lejos del àrbol"... terminè de deprimirme, lógico, porque sentí que en mí tampoco se podía confiar... AAAAAAAAAAAAAAAAH, espero en todo caso, que a mí me manden con otras frutitas a otros mercados...
ResponderBorrarVálgame, somos muchos los que tenemos familias no familiares. Mi padre se puso en una posición similar, decía: Yo nada más tengo hijos, y el muy menso se perdió de todos sus nietos y de mis encantadoras hijas. Preguntame ahora lo que piensa, y lo jodido que se siente por el tiempo perdido. Hay muchas historias ficticias que los padres elaboran para salir airosos sobre el reproche que puedan tener de los hijos, pero tarde o temprano la verdad les noquea la cara.
ResponderBorrarTe dejo esta joyita, hablando de los perros del papá de Ana:
El perro tiene miedo,
entonces ladra.
Pero él no advierte su propio miedo,
sólo oye su ladrido.
Entonces se le hincha el pecho,
vuelve a su hogar y le dice, ufano, a sus hijos:
“No hay que tener miedo, hay que ladrar”.
Sus hijos lo admiran, claro, y su esposa perra
se llena de orgullo ante la bravura de su jauría.
Tal es lo que hacemos las personas,
y es un enorme trabajo de minero
hacernos callar y sentarnos
enfrente de ese miedo.
Luis Pescetti
a "akaotome": pues a estos frutos los ha trasladado el viento, el declive del terreno, un animal en su hocico o un extraterrestre que pasaba por ahí...
ResponderBorrarbsos
Finalmente uno/a arma su propia familia con sus reglas y su estilo, por eso nos reagrupamos. Sé feliz con Ana y con los chicos, lo demas se ira acomodando con el tiempo.
ResponderBorrarUn beso enorme
Ana, paso por aqui para agradecerte. Me abriste un abanico enorme de experiencias e informaciones. Gracias, gracias, gracias. Y basta de tristezas para Crix. Vosotros cuatro sois una hermosa familia. El que no quiere participar de ella, se lo pierde.
ResponderBorrarBesos a los 4. Sol