martes, julio 31, 2007

No sé qué escribir

Si digo que he analizado concienzudamente mi comportamiento a lo largo de estos años, no estaría haciendo otra cosa más que mentir por completo. Mis aportaciones a este blog suelen tener una sana distancia de mis emociones más intensas, y digo que es una sana distancia porque así quiero verlo, porque en realidad no es como que tal distancia exista. En fin. Hay tanto de qué hablar, pero por alguna razón no me puedo inspirar. En mi vida y en la de Ana y los bebés hay tanto, sin embargo no atino a organizar mis ideas y ponerlas por escrito.
Ya me cambié de trabajo
La fortuna me sonrió y pude dejar atrás mi antiguo trabajo. Decidí renunciar porque el ambiente se estaba poniendo muy hostil. Los jefes insistían en infundirnos terror psicológico y en tenernos todo el tiempo con el miedo de que nos fueran a correr. Claro, una vez que descifrabas la política de intimidación lo único que perdías era el respeto por ellos. Caí en ese trabajo justo cuando más lo necesitaba, es cierto. Me vino como anillo al dedo. Sin embargo, estoy convencida que mi presencia ahí era más kármica que profesional, porque me dejó mucho en lo emocional por los compañeros que conocí ahí. Fue como en Santander, lo que en realidad conseguí fue en el plano de las amistades más que en lo laboral. Por eso, cuando al cabo de unos meses vi que muchos iban desertando, pensé que de ahí ya había conseguido lo que podía. Me llevo un buen sabor de boca en ese sentido.
Por otro lado, la decisión para renunciar fue fuertemente influida por el acoso diario del JEFE DE REDACCION. Acoso en todos los sentidos, pero ver cómo intentaba chantajear y meter en su cama a cada una de las compañeras cada día, era simplemente anoyante. Cuando le dije que ya no quería trabajar ahí, me dijo que no cometiera una locura por solidaridad. Y entonces me quedé más tranquila, porque al menos el mensaje había sido claro: NO, NO QUIERO UN ASCENSO NADA MAS QUE PARA CONVERTIRME EN COMPLICE DE ESTE PENDEJO. Una ética personal que si bien no me llevó lejos, al menos me aseguré de mostrarla cuando ya tenía otro trabajo en puerta. Ahora sí, entre más seguro más marrao. Sé que hice bien, porque además el reto de estar haciendo algo nuevo me da más fuerza para modificar el futuro.
Pensamiento post antro
HACE ya bastantes días que fuimos al Between por última vez, pero aún mi cabeza sigue dando vueltas entorno de una plática que ahí tuvimos con una amiga. Ella defendía la apertura de Monterrey. Defendía que en su trabajo nadie la molestaba ni le decían nada, que la llevaba tranquila. Nos maravillamos, porque habíamos asumido que estaba fuera del clóset. Nos aclaró que no, que nada de eso, que tampoco se iba a exponer a que la corrieran o le fueran a decir algo. Medio le tratamos de decir que eso no era apertura, pero la plática, como siempre, se va por otros caminos. Yo me quedé pensando en lo que muchos años atrás me dijo un amigo: LO QUE PASA ES QUE TU ANDAS DE ACTIVISTA PORQUE NUNCA HAS SUFRIDO DISCRIMINACION, NUNCA TE HAN DICHO NADA EN LA CALLE. No le contesté en su momento, pero es algo que no olvido. Vamos a ver: Monterrey es más abierto, tanto que mejor no nos exponemos a decir a los cuatro vientos que tenemos pareja del mismo sexo (cuando es pertinente, claro). O seguramente porque yo nunca he sufrido discriminación es que quiero que las cosas cambien. El punto es que nunca te discriminan si no te pones en la línea de fuego, si uno se mantiene en su barecito o su antro de perdición creado expresamente para nuestra libertad de expresión, pero traer "nuestras perverciones" al escenario público es la provocación que el conservador que hay en nosotros estaba esperando para saltar de entre las sombras y decir todo lo que nuestra educación seudo cool no nos permite. Y como en el fondo estamos cortados por la misma tijera, pues mejor no decimos nada, no vaya a ser. Mientras pensemos que la apertura es proporcional a la cantidad de lugares para gays y lesbianas en la ciudad o que es proporcional a la cantidad de saliva disparada por segundo por cualquier intelectualoide culturoso de nuestra ciudad, nada va a cambiar... pero no estoy segura de que haya alguien que realmente quiera que cambien las cosas.
Los hijos te cambian
Sí, la vida no vuelve a ser de la misma manera, pero creo que el precio es justo. El crecimiento es inexplicable, la pérdida de la inocencia, como dice un querido amigo, se da en todos los niveles. Y como le contesté a una mujer que de pronto entró de colada a nuestra casa en el DF: Las cosas siempre salen... nada más un buen día te despiertas con un bebé que ya se pone de pie y pide desde la cuna que lo saquen de ahí. Y un buen día te despiertas y volteas y le dices a tu pareja: "Soñé que estábamos en la fiesta de los niños... cumplían un año":

miércoles, julio 18, 2007



Si sigue lloviendo así me voy a poner de mal humor. En fin, esto de compartir compu es un problema...

lunes, julio 16, 2007

Su choya vive de chochos... de chemo, chupe y garnachas

Pese al título de la entrada del día de hoy, la contribución promete ser decente. Tenemos muchas novedades, muchos cambios, muchas cosas que revolotean en mi mente, mi alma, mi espíritu, mi energía...

Gira artística
LUEGO de un cúmulo de emociones previas, renuncié a mi antiguo trabajo y Ana, los niños, la mamá de Ana y yo emprendimos una gira artística por la otrora Ciudad de la Esperanza. En lo personal moría por ir a la Ciudad de México bajo cualquier pretexto, así que no dudé en montarme en un avión con todo lo que implica viajar con dos bebés. Llegamos el martes por la noche vía Toluca. La ciudad (ambas ciudades) nos recibieron con calles mojadas y aire fresco. Nuestra casa había crecido algunos centímetros debido a la prominente capa de polvo acumulada por más de seis meses, pero las cosas estaban como las habíamos dejado, sobre todo ese olor tan dulce que a fuerza de velas y demás cosas aromatizantes ha logrado perdurar en sus paredes.

Luego de acomodar a los niños en sus respectivos lugares, Ana y yo nos metimos en la cama y sentimos, por primera vez luego de tantos días, la sensación de estar en casa.
El día siguiente estuvo cargado de adrenalina, de querer hacer todo a la vez. Ese día vimos a Marlene y a Karina. Estuvieron en nuestra casa comiendo tostadas con frijoles que fue parte de nuestra dieta básica durante los últimos meses del embarazo. De verdad, no puedo explicar el gusto que me dio ver a Marlene. Ella y yo estábamos en el club del desempleo justo el año pasado que para matar el tiempo y por falta de recursos dedicábamos nuestras horas al Monopoly o las cartas y sin que Ana se enterara mucho, a veces hasta íbamos al Yak.
Le dio mucho gusto ver a Diego y Santiago, sobre todo porque los conoció al día siguiente de haber nacido, cuando eran tan pequeños que daba miedo romperlos. Nueve meses después, ya no se están quietos, gritan, tocan todo, se mueven... en fin, completamente diferente.


El tiempo pasa...
Y MIS BEBES cada vez me sorprenden más. Antes del viaje, tenía pensado escribir de tantas cosas que me maravillaban en este momento de mi vida. Pensaba escribir que habíamos ido a Valle Oriente a la sección de bebés para que Santiago y Diego jugaran y practicaran sus habilidades. En ese momento, Diego reptaba y Santiago no se animaba más que a sentarse. Debí escribirlo entonces, porque ahora tengo que decir eso y que en el DF se soltaron y ahora mis bebés gatean y no se están quietos. Diego nos sigue (con escalas, claro está) y no hay lugar al que quiera llegar que no sepa que puede. Santiago también, aunque él es cosa rara, no se puede decir que gatee, sino más bien nalguea. De pronto, lo encontramos lejos de donde lo habíamos dejado. Un día, como el duerme en el piso en una colchoneta, despertó casi al amanecer, se incorporó y quién sabe cómo fue a dar a la cama del perro. Nos despertó la risa de travesura que tiene. Lo buscamos en su lugar y nos asustamos, hasta que lo vimos feliz de la vida riendo de que el perro estuviera roncando.

Diego es un bailador consumado. Baila si le cantas, si le gusta una canción o si quiere hacer reír a Santiago. Un día, mientras que tomaba su siesta me le quedé mirando: Tenía una sonrisa encantadora y se estaba moviendo; seguramente soñaba que estaba bailando.
Santiago sabe aplaudir y grita y aplaude cuando algo le gusta mucho. En el DF, cuando vio las sirenas que Ana pintó en la pared, gritó y aplaudió mucho.


Familias diversas MI FAMILIA POR OPCION

Es parcial, pero ahi va:





A la izquierda, la Tía Genny con Santiago. Enfrente,la Tía Marlene dándole de comer a Diego.



Ana, Santiago, Diego y yo






viernes, julio 06, 2007

8 cosas

Esta entrada quizás no tiene nada qué ver con las lesbianas, pero se trata de mí y yo soy una, así que a lo mejor sí tiene qué ver.
Este es un juego que vi en el
blog de Crix que me encantó y quiero compartir con ustedes. Se trata, como dice el título, de 8 cosas que nadie nadie pero nadie, sabe sobre mí.
Las instrucciones dicen:
A. Cada jugador comienza con un listado de 8 cosas que nadie conozca acerca de él/ella.
B. Tienen que escribir esas 8 cosas en su blog junto con las reglas del juego.
C. Tienen que seleccionar a 8 personas mas invitar a jugar y anotar sus nombres o el nombre de su blog.
D. No olviden dejar un comentario en los blogs respectivos anunciándoles que han sido invitados a jugar.

1) Cuando yo tenía 8 años, tenía una amiguita con la que solía jugar a las Barbies entre otras cosas. Nunca sentíamos tener suficientes accesorios, pero nuestros padres no podían pagar los artículos de lujo de las muñecas. Así que empezamos a tomarlos sutilmente de las tiendas. Sólo cosas pequeñitas para no sentirnos tan culpables. Un día fuimos ella y yo con mi papá al súper y le dijimos que íbamos a ver muñecas. Cuando ya nos íbamos se acercó un gerente a hablar con él. Se dieron cuenta de una de las cosas que mi amiguita había tomado y mi papá pensó que era ella solamente la que había tomado cosas. Obviamente yo le dije que yo también pero como el gerente únicamente la señaló a ella, él no me quizo creer. Pensó que yo estaba siendo solidaria. Mi papá no le dijo nada a mi mamá para que no se fuera a enojar.
2) Mi primer beso “de lengüita” fue con mi primo hermano a los 9 años, antes de eso solíamos jugar muchos juegos del tipo del "doctor". En una ocasión, mi abuelita entró al cuarto y nos cachó. Nuestras mamás lo tomaron con mucha calma. La mía no le dijo nada a mi papá para que no se fuera a enojar.... Los jueguitos terminaron cuando mi primo se dio cuenta de que yo le contaba a mi amiguita (la del apartado anterior).
3) Le tomé fotos de despedida a Quítopo, el gato de peluche de mi cuñada antes de mandárselo por paquetería cuando ya no queríamos saber nada de ella. Resulta que ese gato es una especie de símbolo muy complejo entre Crix y su hermana Brenda, pero con el tiempo yo me encariñé con el gato porque hacía cosas especiales como volar, o ignorarte y mandarte a hablar con su cola. Cuando me puse toda digna y le mandé sus cosas a Brenda por mensajería se me rompió el corazón de reconocer que el gato era suyo, así que de "despedida" le hice toda una sesión de fotos con disfraces y todo.
4) Fumo a escondidas porque me da pena que la gente me vea. Yo me había hecho una promesa muy ridícula y personal. si no aprendo a fumar antes de los veinte años no voy a fumar. La verdad es que nunca aprendí muy bien y luego simplemente me dio pena hacerlo delante de la gente, así que ahora me espero a estar completamente sola a que nadie me vea y a veces, una vez al año me pongo a fumar a escondidas.
5) Cuando viví en Valencia, había “ocasiones especiales” en que les tendía la cama a todos mis compañeros de casa y luego les ponía un chocolatito y una postal... Lo malo y triste fue cuando me enteré que ellos estaban seguros de que era la casera la que había tenido ese detalle.
6) Cuando tenía 6 años tuve un pato y se llamaba Qüiqüino, yo me ponía galletas saladas en la boca y las dejaba remojarse para que luego el pato se las comiera. Era alimentación boca-pico, porque yo veía que eso era lo que hacían las pájaras con sus bebés.
7) En una ocasión, cuando era niña, mi mamá empezó a ir con una bruja. Ella le empezó a pedir dinero para que nada me pasara hasta que ya no pudo conseguir más sin decirle a mi papá, así que tuvo que decirle. Él obviamente se sulfuró, pero no con mi mamá, sino con la bruja que la chantajeaba. Él fue a buscarla y la amenazó para que parara y le dijo que si algo me pasaba a mí o a mi mamá se las vería con él. El acoso paró, pero será acaso que la salazón continúa...
8) Antes que nada debo decir en mi defensa, o quizás sólo para hundirme más que yo nunca he creído que haya envidia de la buena. Toda la envidia es envidia y punto. Lo que sí es que a veces esa ambición nos ayuda a ser mejores. En fin, una vez dicho eso debo declarar que me matan de envidia los siguientes blogs y sus protagonistas: El de la Chica renacentista, porque se dedica a hacer casi todo el tiempo un montón de cosas con las que yo, sólo por miedo, flojera y/o desidia sueño con hacer. El de los trillizos y sus mamás, porque extraño la parte padre y romántica de estar embarazada y porque ellas además van a tener dos niñas.
En fin, eso fue todo. Y ahora sí, reto al mundo a ver, una sola persona que diga (con excepción de Crix) que ya sabía estas 8 cosas de mí.
Bueno, se supone que debo invitar ahora a 8 personas a que hagan este mismo jueguito en sus blogs. Así que invito a Roma, Hector, Marina, Tilvy y André, Tío Ricky, Rizoma y Oli. Espero que les guste el juego y espero sus respuestas y7 comentarios. Besos.

Más Historias de la invisibilidad

Navegando por la red me encontré con esta deliciosa historia. Es una mezcla de la tragedia y la comedia del diario vivir. Nada para tomarse a la ligera. Mucho para reflexionar sobre la invisibilidad en la que vivimos y condenamos a vivir a las personas que no son como nosotros. En el mundo LGBTTT solemos estar muy distanciados unos de otros, opacarnos mutuamente y luchar sólo por lo que nos interesa a cada quien, pero condenar a unos es condenarnos a todos. Me encantó la historia y creo que es digna de ser leída. Por cierto me la encontré en la página transexualegal.com
Como ser transgénero en Monterrey (Y no morir en el intento)
Por Mario Alonso Prado Cabrera (Glenda Fradde TG)
A manera de prólogo:Noche de abril en la carretera a García Nuevo León, son casi las dos de la mañana y el pavimento continua caliente, camino por las piedras del acotamiento torciéndome los tobillos por mi terquedad en usar zapatos de aguja.Metros adelante mis compañeras contonean sus cuerpos semidesnudos (entre más enseñas más clientes consigues) similares al mío; agujas, minis ajustadas, tops, peinados y maquillajes exagerados; eso sí nada de pantis o trucos que engañen o escondan, pero si una inyección por aquí y allá para realzar lo que falta (nalgas, chiches, labios).No ha sido buena noche, los trailers pasan sin detenerse desde hace dos horas, pocos son los autos que cruzan la cinta en ambas direcciones con mirones curiosos a los que despedimos con mentadas de madre cuando nos gritan algún insulto.A mitad de la nada, con pocas esperanzas de agarrar algo (ni siquiera un resfriado porque la temperatura anda en los treinta centígrados), queda suficiente tiempo para dejar volar la mirada más allá del horizonte, a las estrellas dibujadas en el tapiz infinito del universo.Es 1998, y sobre las sombras desnudas de los montes, una centella multicolor se despliega para romperse en la fugaz agonía de un arcoiris casi besando la punta de la sierra.Apenas tengo tiempo de captar la visión cuando ya ha desaparecido, nadie más parece haberla visto, he sido la única testigo, y con ello he atrapado una fracción del universo que me habrá de acompañar hasta el día de hoy, muy lejos de García y de un tiempo de mucho sudor, algunas lágrimas y algo de sangre.
IIEl Gerente del ABC me observa en silencio un instante, luego desvía la mirada a los cajones del escritorio, de donde remueve y saca algunos papeles:-¡No tenemos queja de ti, has sido muy buen reportero, pero comprende que esas son chingaderas-, vuelve a quedar en silencio, yo asiento con la cabeza; sin embargo pido otra oportunidad, que aquella persona a la que conozco desde hace dos años se encarga de aplastar definitivamente:-Estrada me dijo que no quiere maricones en el empleo, no podemos hacer nada- pausa -además tu la fregaste al mencionar el nombre del periódico cuando te detuvieron- nueva pausa y al fin -pasa la semana entrante por lo que se te debe-. Hacia apenas un mes que había entrado, es el 11 de junio de 1997.Acabo de salir del clóset.
IIIFrente a mi una multitud expectante cubre la Macroplaza, desde la plataforma ubicada a un costado de palacio de gobierno mis palabras se pierden en un eco diluido en la oscuridad sofocante de este junio del 2004.-¡Muchos o pocos, a despecho de todo, somos este día presencia viva y real de la comunidad gay de Nuevo León, quienes debemos y podemos tomar las decisiones para beneficio del resto, es el premio del sacrificio, del esfuerzo y de mucho sufrimiento-.Un sollozo interrumpe el discurso, hay aplausos y gritos de apoyo, vuelvo a retomar el hilo de mis palabras con un ligero temblor en las manos que nadie nota; soy el líder de la comunidad transgénero, Soy el vocero de los gays, soy mi propia historia que aún no termina, Soy, ¿quién soy realmente?.En el fondo, un pequeño Mario Prado sigue mirando al abismo del pasado con ojos fríos, llenos de odio; ya no teme, pero aún busca la venganza.Afuera, Glenda sonríe con satisfacción porque la revancha ha sido toda suya; más allá de la macroplaza el futuro la espera, Mario quedo atrapado, empequeñecido en los oscuros años del despertar.
IVLas imágenes vienen a mi mente una tras otra esta noche: calles, pelucas, masturbaciones, lipsticks, y espejos, muchos espejos donde mi cuerpo transforma, transfigura constantemente hasta volverme una verdadera mujer; adolescente, niña que corre por una calzada lluviosa a los brazos de su amado; al hombre que más quiso, que más odio, que mas lloró, su padre.El niño abre los ojos, la calzada esta vacía en este septiembre de 1980; no comprende, ni quiere comprender, seguirá siendo buga por muchos años más; pero en casa la niña seguirá esperando paciente su tiempo, el tiempo de rebelarse.
VEn algún punto de los setentas (principio del ¿78?, ¿79?) Hace frío, me acurruco bajo las colchas hecho pollito atrás de papá que mira al infinito buscando taladrar en la oscuridad, el porque de esa mañana, de ese niño con brassiere y peluca asomando asustado de bajo la cama donde ahora intenta dormir sintiendo mi cuerpo pegado al de él, ese cuerpo delgado, lampiño, que ya empieza a soñar ser mujer.
VIPrimavera de 1981. Subió al camión en la esquina de Arteaga y Carranza donde todavía existe la fábrica de dulces La Imperial. Llevaba unos pantalones vaqueros ajustados, blusa escotada y el pelo largo, negro que no le alcanzaba a cubrir el rostro moreno, sin maquillaje, con barba y bigote de cuatro días.Pidió un cigarro al chofer, lo encendió y acomodó en el asiento delantero mientras seguíamos por Carranza hacia la secundaria. Por las noches, de regreso a casa, le veíamos asomarse al balcón en "Las Carmelas", el prostíbulo donde vivían las travestís por avenida Madero. Nos guardábamos la curiosidad malsana de saber que había detrás de aquellos muros, nunca mencionábamos nada, sólo observábamos y callábamos, no fueran a acusarnos de maricones.Hoy en ese sitio hay un table dance, pero sigue manteniendo el nombre original, de las vestidas que ahí vivían no se volvió a saber nada. Eran “invisibles”, por eso cuando aquel balcón quedo vació nadie se dio cuenta.
VIIFebrero de 1984-¿Para quién lo querías?-, pregunta el vigilante al adolescente asustado que acaba de detener a la puerta del supermercado con un traje de baño. Confuso guarda silencio mientras lo arrastra a la caja. -No te voy a detener pero lo tienes que pagar-. Tímidamente responde, -es para mi novia-. La cajera ríe, -Con esto le va a dar una pulmonía-.No, no me dio una pulmonía, pero tuve que sacarle el dinero a papá con el pretexto de unos exámenes de segunda oportunidad en la preparatoria.No fue la primera pero tampoco la última vez. Unas veces detenido, otras impune, hurtando, recogiendo ropa (faldas, vestidos, brassieres, pantalones, blusas) en la calle, lotes baldíos, pronto se formó un ajuar escondido tras un viejo clóset en el taller paterno. Hasta que hicieron limpieza y lo tiraron todo, como siempre sin comentarios.Y volver a empezar, recolectando como hormiguita, una prenda aquí, Otra allá, hasta cuando me la volvieran a tirar en la basura.
VIIIMayo de 1994 Dicen que sus últimas palabras fueron a mamá, -¡Te encargo mucho a mi hijo!-. Lo enterramos una húmeda tarde de mayo, junto al secreto de sus múltiples silencios, ante la ropa de mujer escondida bajo los colchones, tras los roperos, el maquillaje usado, las medias de mamá rotas, las horas encerrado en el baño; y el porque de aquella historia tantas veces repetida con admiración, del compañero de bachillerato que en los treintas se "vestía" en las fiestas de graduación para engañar a sus colegas con una belleza enloquecedora(¿no habrá sido algún pariente innombrable?, ¿no habrá sido él mismo, misterio).
IXOtoño de 1995Al principio fue la voz. Llamadas al azar tomadas del directorio telefónico. Practicando para el futuro con ingenuos oyentes; cachonda, sensual, inventando historias, perfiles, amores hasta que cansada cortaba para volver a marcar otro número. Estaba enloqueciendo de desesperación, la mujer se ahogaba entre cuatro paredes; salir, ser vista, excitarse, sentir un pene en el culo, empinada en un callejón oscuro o abierta de patas en una cama.
X¡Putos!, les grito con todas mis fuerzas a las vestidas que cada noche se reunían afuera de una vecindad por Carlos Salazar, desde la impunidad del camión escolar y de mis compañeros que festejan la gracia rió con ganas, sin ningún remordimiento; me siento satisfecho, tranquilo en esta reafirmación de hombría; en casa, escondida en el clóset, expectante, me espera ella preparada a salir ese fin de semana, a conocer nuevas compañeras, a vestirse, a talonear, a cojer.
XIPrimeriza. (Verano del 98) Estrenarme con las jotas más viejas. Dos, tres veces, por el derecho a usar el cuarto, a vestirme con trapos y maquillaje ridículos, por la ilusión de salir, de ser admirada, aunque se burlen de mí porque soy una jotita novata de 30 años. Luego esperar afuera a que la reina dignara darme paso no sin antes ir por las cocas o aguantar como perro en la esquina hasta dos o tres horas.Aguantar callada, con la quijada entrincada de coraje, con la voluntad de que algún día estaría del otro lado, igualita a la otra que vi en la casa de la "clorofila", niña de quince a la que traían barriendo, lavando platos, ropa; silenciosa, sin hablar con las visitas, agachada la mirada, pero con la decisión de ser en unos años " la más perra".
XIIMe corrieron del cine América por nueva, las más corridas no querían Competencia y me hicieron lío, eso lo supe años después. A pesar de la Peluca echa bolas y la plasta de polvo como único maquillaje las inquiete; no fuera a dar el golpe y luego quién sabe.De ahí Bibiana me invitó a su casa a dos cuadras de la mía; cuarto con cama como principal objeto de decoración (y de trabajo); aquella noche Me arregló por vez primera bien en mi vida. Al verme al espejo llore de Alegría. Esa noche fui presentada en “sociedad” en el bar Espuma.También me enseño a vestirme; de puta claro, pero aprendí a hacerme Desear, a despreciar al pobre, a cobrar, a desafiar a las otras, a reírme De ellas a carcajadas; porque Glenda no sonreía, se burlaba.El Espuma y el Ocean se convirtieron en mis segundas casas, la carretera en la tercera, la de la Chucles en la cuarta; ahí conocí a la Fer que tenía una estética en Guadalupe, a la famosa Jenny “po favo” (las mendigas dicen que hasta le levantaron estatua en la ciudad de México).Recuerdo ahora el viento, el airecillo colándose rico por entre las piernas, bajo la mini untadísima mientras caminaba por avenida Colón rumbo a la central de autobuses; después fue el aire, ese que me despeinaba la peluca cuando la granadera corría a toda velocidad por las calles rumbo a la delegación; es uno de esos pequeños detalles que nunca se olvidan, el viento colándosete por todos los orificios del cuerpo desde ese negro hueco bajo el toldo de la patrulla por donde te metieron esposada o por los ventanucos enrejados de la van, y las luces de la ciudad dormida que van dejando atrás con esa urgencia desesperada que le imprimen los polis al vehículo, tal y como si tuvieran urgencia por deshacerse del puto que llevan dentro y volver tranquilamente al oficio nocturno de recoger maricones y cobrarles la cuota en carné o efectivo; sino, vas para adentro, porque tus derechos se los llevo ese viento, dejándolos tirados, atropellados a mitad de la calle. Ahora, sólo eres una jota más en la celda 11, y el viento no alcanza a llegar a este húmedo y apestoso rincón de la cárcel.
XIIINunca estoy sola, desde la madrugada llegan nuevos inquilinos, casquetes cortos, al rapé, calvicies incipientes o de plano pelones pero eso sí, cuerpos inyectados, blusas escotadas, micros o pantalones femeninos en piernas masculinas, algunas despojadas salvajemente del truco; otras con el delineador y el labial corridos durante los golpes y forcejeos. Ninguna se salva de la basculeada, del dedo en el culo, de desnudarse supuestamente para inspección antidrogas pero en realidad sirve de espectáculo a los policías que con burlas y albures festejan el "encueradero". Las mujeres (policía y secretarías por igual) sonríen sarcásticas como diciendo -¡Nunca van a ser como nosotras, jotitos!-.En la celda de enfrente llega un cargamento de teiboleras extranjeras; a ellas las dejan hacer llamadas, les traen refrescos y las sacan a comer.A nosotras, ni agua; sólo la del excusado.
XIVNunca supimos quién era, le arrancaron los trucos, la golpearon hasta dislocarle un hombro y luego cargada como un saco de papas la fueron a aventar inconsciente a la celda contigua, donde azoto entre orines y excremento. Era bella, lo fue; cuando salí 12 horas después todavía estaba ahí.Alguien exigió que llamaran al médico de la delegación, con cara de fastidio llego mucho tiempo después hasta la puerta del calabazo, miro al interior, hizo un gesto de asco y se fue; después de todo el pinche joto se lo busco.Nunca me la encontré en las calles, en los antros, en la oscuridad de los callejones donde se chupa por 50 pesos para conocer su odisea, saludar su dolor compartido con otra jota.Posiblemente, su espíritu todavía duerme en la celda del edificio hoy semiabandonado.
XVComo ser travestí en Monterrey y no morir en el intento.Miércoles 19 de diciembre del 2001.Se llamaba Karla y la mataron a palos en el Libramiento Noreste. El trailero la persiguió hasta la entrada de una empresa a donde corrió pidiendo ayuda. Los vigilantes no le abrieron, miraron impasibles como el asesino golpeaba hasta el cansancio el cuerpo inerte.Era una buena chica, sus sobrinos la adoraban, su mamá aún la llora. Cometió el pecado de enamorarse de un sujeto que oculto la relación a sus compañeros; cuando uno de ellos descubrió esa noche la relación, la mejor manera de preservar la hombría fue matando al travestí y luego acusándolo ante la policía de haber intentado robarlo. La opinión pública aceptó el veredicto, -Al cabo todos los putos son iguales-; en tierra de hombres las vestidas no tienen derechos, ni a morir con dignidad.En una casa de la colonia Independencia, los sobrinos se quedaron esperando que como cada navidad la "tía" llegará con sus regalos.
XVI2 de noviembre del 2002La gente pasa curiosa frente al altar de muertos improvisado montado afuera del Sanborns. Los que se detienen no ocultan su sorpresa al leer los recortes de periódicos y la lista con los nombres de los travestís asesinados.-¡Como es posible!- exclama una señora madura de clase media alta a su elegante esposo, -¡esas cosas no suceden aquí!-, el no contesta sólo hace una mueca de desagrado, de rechazo; voltea a verme, falda larga de mezclilla, saco de vestir, botas, peluca larga castaña, maquillaje discreto; su expresión no cambia.Los empleados de la tienda intentan retirar el altar, los policías municipales amenazan hasta que una llamada (simulada) por el celular a un canal de televisión los ahuyenta.La gente continua pasando, nadie lo puede creer; ven los nombres de la "chisqueada", de la que encontraron con el cráneo partido en Apodaca, la que mataron en el libramiento, la que atropellaron en la Carretera a García, la que estrangulo el chiclero con su mascada, y mentalmente repiten en su mirada, -¡esas cosas no suceden aquí!. Hace frió y la llovizna sigue cayendo en la calle Morelos, el cielo es el único que llora estas muertes invisibles.
XVIISomos un páramo de cruces invisible que va cubriendo las calles y avenidas de Monterrey. Ahí, en Colón, afuera del bar donde se prostituía “fulanita de tal”, queda de repente un espacio vacío; pero no tarda en llegar una “nueva” de quién sabe donde, casi siempre adolescente a talonear; de la ausente sólo quedan rumores que nadie busca comprobar, -Le pego el huevo-, -se le paso el aceite a los pulmones-, -la atropellaron en la Monterrey-Saltillo-, y poco a poco su imagen se va difuminando, como el humo de esos camiones destartalados que cruzan por la avenida hasta la madrugada.
XVIIIVivir y morir en Monterrey."Lala" era la más chingona, a ella todos los polis le pelaban los dientes. Con 1.80 de estatura, larga como garrocha y una voz de trueno, asustaba a los clientes para robarlos o a las jotitas nuevas para tenerlas bien "dominadas", pero con el comandante Villarreal no pudo.Le costo tener expediente en el MP y gritarle que lo iba a denunciar ante los medios por extorsionar a las vestidas; no cumplió, pero Villarreal si. Se fue a Ciudad Victoria, regreso hace unas semanas pero volvió a irse; se vino porque allá también la buscan pero aquí ya no puede trabajar, aunque sea la mas chingona.A Xiomara le picó una víbora en la carretera a García. Un torniquete y de urgencia al hospital. De todos modos se le puso el pie como pelota; tuvo que regresar con su familia que no la quiere. Ya no puede talonear, quedo baldada permanentemente; el cuarto que rentaba se ocupo inmediatamente por otra travestí.Bibi escupe permanentemente el aceite que se inyecto hace cinco años para agrandarse el busto; este ya no existe más que en fotografías pero el líquido continúa ahí, como una plasta pegada a los pulmones que la sofoca y le hincha el vientre permanentemente.A la Aries el "huevo" le vale madre, sin dientes pero con mucho colmillo para el "golpe", atrae a los clientes con la piel blanca y el rubio platinado en el pelo que le dejaron los polis en una que la cacharon en la movida y la mandaron directo al penal. Pero a la jota eso le vale, nieve, llueve o truene siempre anda rabona y cuando anda bien peda, enloquece a los ebrios haciendo tijera con las piernas o doblándose hacia atrás hasta casi tocar las nalgas con la cabeza. Las otras vestidas se la curan, jurando que lava los condones usados o se pone dos para ahorrar.
XIXEl fenómeno se repite día tras día, el número crece, la edad disminuye, las más grandes se sorprenden de esta invasión; los adolescentes gays apenas llegan a los quince(o a veces menos) y ya comienzan a pintarse y usar pantalones ajustados a la cadera.-Es la nueva generación que viene arrasando-, aseguran con sentimiento de resignación y coraje porque las "nuevas" vienen a "comerles el mandado". Como la Vicky que a los dieciséis ya esta totalmente hormonizada, trabaja de bailarina en un table y cuando una "biológica" le hace pedo se la pone en su lugar. O como la Anahi que triunfo con su interpretación de Rocio Durcal y se llevo un título de miss, aunque en las noches talonea de niño en los rincones oscuros de la colonia Sarabia sabiendo a ciencia cierta que va cargando en sus entrañas un boleto con día y hora señalada. Como la Samantha que lloró en mi hombro cuando le dieron el resultado positivo y luego se fue a "jalar" a Reforma para enjugarse en hombres la pena.
XXA manera de intermedio. Fragmento del discurso pronunciado en abril del 2003 por el lic. Ramiro Cárdenas Durán de asuntos internos de la policía regia a un servidor cuando lo carearon con el policía que lo detuvo en diciembre del año anterior por "prostitución" al caminar "vestida" en vía pública:-¡En esta ciudad los hombres se visten de hombres y las mujeres de mujeres!-.Tres semanas después inicie mi campaña para diputad@ local en vestida y maquillada, durante dos meses en toda el área metropolitana, -Aunque en esta ciudad los hombres se vistan de...-
XXILa elección.Nomás a mi se me ocurre. Pero ahí va la Glenda de candidata.En la primera aparición en televisión, -¡escándalo, como era posible que un homosexual se atreviera a tanto!, si en Monterrey nomás sirven para el talón, cortar pelo, divertir a las solteras y estrenar a los quintitos-.Diplomático y conciliador, el comentarista recordó al sacrosanto auditorio que en este país, lo que sobran son políticos homosexuales, nadamás que se la pasan encerrados en el closet. ¡zaz!.Y todavía aguantar una candidata a la alcaldía más mocha que Serrano Limón, asustada porque sus comadres del deportivo Cumbres la vieron junto a un homosexual, a no tener lana, a no tener propaganda, a que el cierre de campaña ni el líder del partido presente.Al final, agotada, botar los maquillajes, la peluca, la ropa, los zapatos, el truco. Fueron 300 votos, pero a Glenda sólo le interesaba echarse un sueñito, de cuatro meses, hasta noviembre, después de todo se había salido con la suya; voluntariosa la niña, como quién dice, ganarse el derecho a la calle nomás por sus benditos “ovarios”, todo con tal de romper el ghetto.
XXIISentir la soledad, sentir la muerte.En Arteaga y Guerrero afuera del bar Espuma, a eso de las dos de la mañana, una noche lluviosa de marzo del 04. Siempre pasa lo mismo, camino lejos de las vestidas que se berrean unas a otras como forma de ahuyentar el aburrimiento, el cansancio y a los borrachos que llegan a pedir nalgas gratis.Siento un hueco en el corazón, un infinito sentimiento de tristeza que se pierde en las oscuras cuadras, en ese momento los triunfos parecen nada, los años idos de luchas incansables diluyen en el pavimento mojado al sentir la frustración y el coraje de estar aquí, con un currículo de tres hojas, con una candidatura, con diplomas y reconocimientos, tratando de ganar unos centavos porque he ido tan lejos en este desafío que se me han cerrado las puertas de los trabajos, porque en ésta sociedad nadie contrata en un medio de comunicación o una empresa a una "vestida" full time y menos activista.Recuerdo pasados instantes de depresión, por un breve segundo veo mi cuerpo retorcerse abajo del urbano; doy un paso bajo la acera, me siento atrapada, no puedo escapar de Glenda y lo que soy ni siquiera atravesando el umbral; regreso sobre mis pasos, no habrá otra cruz más en la ciudad.Retorno al bar, un cliente invita a sentarme, pido una cerveza con ficha y me dispongo a escuchar otra historia de frustraciones matrimoniales. Afuera sigue lloviznando, no parará en los siguientes meses.
XXIIINoche de enero de 1998.El gas invade poco a poco la cocina, acostado en el piso se apodera de mí un sueño cada vez más pesado. Cerrada la puerta que da a la sala, mamá ve la televisión sin percatarse de nada.Siento ya no tengo nada que perder, lo he perdido todo, trabajo, novia, estudios, el futuro servido en bandeja de plata; un jale seguro en el ABC, la posibilidad de titularme, de llegar a El Norte, de alcanzar algún día el puesto político con el cual tantas veces soñé; todo por un momento de calentura seis meses antes.Me dejo caer resignado, con los ojos cerrados mientras aspiro el cada vez más pesado ambiente; de pronto bajo los parpados pasan en rápida secuencia una serie de imágenes, del futuro que ya no conoceré.Apenas puedo respirar, un pensamiento me despierta, -¡Si te vences vivirás arrepentido toda la eternidad viendo pasar ante tus ojos la existencia que rechazaste!-.Mamá nunca se dio cuenta, el aire fresco de la sala reanima; vendrán Tiempos muy duros, pero la decisión esta tomada; viviré.
XXIVNoche de mayo del 98 en Saltillo.Lloro buscando respuestas con la mirada entre las nubes donde se oculta ya el sol. No hay más que buscar la soledad del exilio para lamer las heridas y recuperar el coraje. Mario siente la tristeza del desarraigo, Glenda calcula las posibilidades del nuevo hogar.
XXVJunio del 2000.Con el nuevo siglo Glenda retorna a Monterrey. Atrás quedaron las noches de una ciudad muerta, la Ana Karen y la Karla viviendo al filo eternamente drogadas, eternamente perseguidas, o la "Chiquis" de rostro duro y pocas palabras que desgasto noches en un callejón hasta que la hicieron escupir el hígado a golpes. Los policías que pedían moche para dejarte jalar, los idiotas que bajaban la ventanilla para preguntarte que si eras mujer antes de largarse con una mentada en el asiento de al lado. Las noches frías de calles donde ni siquiera perros. La zona donde sólo hay dos bares para gays y travestís y si llegas de nueva y sin madrina te arriman una pero con cuchillo y filo de botella.Regreso con el verano y los calores que invitan a salir en las noches, pero esta capital ya no es la misma, pronto habré de comprobarlo.
XXVI2000-2003"Por faltas a la moral y el buen gobierno" decía el alcalde Felipe de Jesús Cantú, guapo guapo, pero bien cabron con la raza, sobretodo las vestidas. ¡Ah que lata nos dio tres años, ya nos traía bien asoleadas!, nomás llegaba la mañana del domingo y las celdas estaban de jotos y vestidas hasta la madre. Ya no podías andar ni con las uñas pintadas porque ibas para arriba. Pero no lo dejamos dormir, le hakeamos el mail con cartas de protesta, organizamos paradas y preformances afuera del municipio, entregamos quejas a la comisión de derechos humanos, lo enfrentamos "face to face" en su "miércoles ciudadano" junto con su jefe de policía, le organizamos tres marchas del orgullo, le hicimos "pancho" en los medios cada vez que pudimos, etc.Glenda sobrevivió, y Mario se hizo más pequeño
XXVIIPrimera marcha del orgullo gay en mayo del 2001.Bajo un sol canicular, me estoy cociendo bajo la peluca cuadrada pero marcho y grito hasta cansarme junto a la Eliud y la Nancy. Llevamos una manta con la leyenda “derechos para todos”, y a pesar del calor cantamos junto a otras vestidas, gays y lesbianas “a quién le importa”.Es una catarsis, igual que yo veo mucha gente llorando, es la primera vez que somos diversidad en el día, en la calle; no los sábados por la noche en los antros. Hemos abierto una grieta en el muro de la intolerancia.En las fotos de prensa soy una “monita” con pelo de “henrruchito” casi tapada por la manta y la multitud. Otras fueron las que llenaron ese día las primeras planas. A la mayoría no las he vuelto a ver, sólo a las vestidas de la Coyotera, que siguen presentes tres años después a pesar de que el nuevo alcalde ya les tumbo la mitad de la colonia para ampliar la avenida Carranza. Cosas del progreso.
XXVIIOctubre 2003Toma de posesión del nuevo alcalde.Con una manta en la macroplaza para despedirlo. Nunca lo vimos. Salió por la puerta de atrás. Los colores las siglas cambiaron. La gente alrededor nos apoya. Los policías no nos molestan. Parece haber una nueva actitud, ¿pero, hasta cuando?.Esos mismos días, al teléfono la licenciada Idalia Guerrero de asuntos internos de la policía regia.Sobre las detenciones de diciembre, se me devolverá el dinero de las multas, se destruirán documentos, se pide una disculpa.-Este seguro que en esta administración eso no volverá a suceder-. Noviembre en su oficina con mi abogado, se devuelve el dinero, se reitera la promesa; veo de reojo al pasillo, Ramiro Cárdenas Durán cruza en silencio, mira sorprendido, yo sonrió, -en esta ciudad los hombres ya pueden andar como mujeres y las mujeres como hombres-, punto.
XXVIIINuevos retosOctubre 2004Los comandantes extorsionan a las vestidas. El mero jefazo se presenta personalmente afuera del bar.-Eso no volverá a pasar, si sucede denúncienlo- les discursa a los sexo servidores. A los comandantes -si lo vuelven a hacer los corro, porque estas personas son ciudadanos como todos y tienen sus derechos-, regaño frente a las jotas, ahora andan muy mansitos, sobretodo el tal Villarreal que cobraba hasta 300 por derecho de piso.Ya me dijo una travestí que hasta piensan montarle un altar al jefazo, y encienden velas por si las dudas para que el alcalde no lo corra.Ocho meses antes comentario de ella sobre el mismo tema, -No jota, mejor ni hagas pedo en los medios porque luego nos van a traer de carro. Mientras nos dejen trabajar vamos a pagar, que al cabo nomás son cincuenta pesos-; pero la cuota subió, subió y subió, hasta que a los 400 la bomba estalló y dos de ellas denunciaron en asuntos internos y en la televisión.Ahora el problema es controlar las que andan drogas o insultando casi encueradas a las familias a las cuatro de la tarde; esa es tarea del grupo que comienza a tomar conciencia de unidad.Ya no me necesitan, han iniciado a volar con sus propias altas; pequeño triunfo en una lucha interminable.
XXIXNuevo intermedioFrente a la computadora, mediodía de sábado octubre 2004. Mentalmente hago lista de nombres pasados y presentes en esta vida travestí, compañeras, conocidas, amigas, confidentes, criticas: Bibiana, Fernanda, Jessy, Jenny, Mónica, Madona, Paulina, Lala, Michelle, Nancy, Susana, Jasiela, Natalie, Lola, Karen, Aries, Anahi, Chabela, Gabriela, y así hasta el infinito. Sólo queda una pregunta, ¿conoceré algún día sus verdaderos nombres?, ¿sabré realmente cuantos somos en esta zona metropolitana?, si alguna vez la Fer que tenía la estética en Guadalupe señalándome un multifamiliar de cinco pisos y cuatro edificios afirmó, -¿vez esos departamentos?, los que no son gays, son de vestidas-, y no lo dude, porque cuatro cuadras a la redonda se encontraban a cada paso estéticas y salones de belleza; lo irónico es que en toda esa cantidad de gente, la mayoría se vuelve casi invisible porque ya no usan el nombre ni la foto de la credencial de elector; a menos que vayan a votar, pagar servicios, adquirir créditos, porque en Nuevo León los transgéneros y menos los transexuales tienen algún derecho ante la ley, simplemente no existen; ni cuando se mueren.
XXXRetorno a la realidadJunio del 2004.Glenda aparece seis días seguidos en televisión leyendo un comunicado. La famosa lucha por los derechos matrimoniales llega a Nuevo León. Su rostro de mujer madura, intelectual, lentes y pelo rubio corto repasando una y otra vez las líneas de la iniciativa remeció las fibras de la familia Prado.Terremoto al interior, los escandalizados tíos y tías piden al primo Ernesto que ponga un "hasta aquí" a la honra arrastrada por la "atrevida".El vocero familiar encara a Mario, pregunta, inquiere, escucha, comprende aquello que intuía pero jamás había escuchado de su boca, pide seguridades, prudencia, acepta más teme el futuro, el posible sacrificio y el dolor de una madre solitaria.Mario transige, pero Glenda mantiene la defensiva. No habrá más apariciones en los medios por el momento para tranquilidad del núcleo familiar, lo demás no se negocia, es una cuestión más allá de las posibilidades de Mario, atrapado en la telaraña de una dinámica que le lleva adelante, siempre adelante desde aquel día en que sin ningún recato la vestida le grito, -¡Voy a salir, voy a salir, y ni tú ni nadie podrá detenerme!-.Una semana después la "mujer" volvió a aparecer sin ningún recato. A Glenda el núcleo familiar le parece un lujo inútil.
XXXIMi madre llora en silencio desde 1998. Descubrió en la confesión del único hijo la terminación de sus sueños, verme casado, con profesión, hijos y una familia típicamente heterosexual, como mis tíos y primos.He conquistado muchas fortalezas, esa ha sido la única que no he podido coronar. Se acabaron los gritos, la ropa tirada a la basura, pero quedan las frases no dichas, las miradas interrogantes, el futuro cuestionado(los gays no tienen más que la soledad y la frustración). Acepto los viajes, las notas en el periódico, que los vecinos y la familia ya lo saben, que travestí no es sinónimo de prostitución (me vio vestida el día de cumpleaños de diciembre de 2001 y antes de encerrarse en su cuarto dijo -pareces puta-), que en esta vida aunque con sacrificio se puede triunfar y salir adelante sin importar el que dirán; pero el triunfo sigue lejano, y ella tiene ochenta y dos años.Mario siente acabar el tiempo, Glenda sangra a veces un poco su corazón, antes de leer el siguiente comunicado frente a las cámaras.
XXXIIEsta es mi historia, la historia de muchas y ningunas en Monterrey, porque en esta ciudad del conocimiento y los foros interMexicanas las travestís seguimos siendo invisibles a menos que luchemos incansablemente en los medios de comunicación, en los congresos, en los municipios, en las comisiones de derechos, en nuestras familias, escuelas, iglesias, con los gays y las propias travestís. Pocas están dispuestas a soportar esta presión diaria y mucho menos al saber que nunca concluirá. Pero siempre estamos ahí, a la vanguardia en las marchas, en las protestas, aunque los gays puros nos hagan cruces y se desgarren las vestiduras.Siempre ahí, juntas, solidarias, aunque nos perremos, nos agarremos del chongo o nos depreciemos porque siempre habrá una más bonitas o más feas que otras; viviendo juntas en vecindades sucias, compartiendo los cuartos, la ropa, los taxis, hasta las lágrimas o el coraje porque nos corrieron de la casa o nos metieron al bote; apoyándonos y rechazándonos porque vemos en esos espejos nuestros odios y frustraciones; ninguna alegría.Y es que en Monterrey las travestís no sonreímos. Cierto, aprendemos a burlarnos de todo, hasta de nosotras, aprendemos a reír con burla, a carcajearnos del dolor, del huevo que nos revolotea alrededor como ese espíritu de la santa muerte que nos mira fijamente desde el oscuro rincón de los cuartos, de los polis, de las señoras asustadas, de los rancheros que nos gritan estupideces en las avenidas, de los clóset, de los políticos tapados. Nunca conocerás aquí una travestí que sonría, a menos que cargue una infinita tristeza en su alma, entonces aparece levemente una mueca en su rostro como si viniera una imagen a su mente que desaparece en un instante, porque es un síntoma de indefensión, y a las vestidas no nos enseñan a ser vulnerables.
XXXIII¿Autobiografía?, tal vez, mejor diría radiografía de tres décadas de confusión, miedo, rechazo, auto aceptación, no de una persona, sino de un individuo integraldo en una sociedad que al descubrir su "verdad", hizo lo posible por desintegralrlo, marginarlo, porque aún le falta mucho para tolerar, pero no termina por aceptar; porque tiene terror de mirar sus propios pecados y omisiones en ese espejo.
XXXIVEn cada apartado de mi existencia como el de otros transgéneros surgen y repiten los mismos factores, marginalidad, rechazo, discriminación, invisibilidad. Unido todo esto provoca en un alto porcentaje, baja autoestima, sentimientos de autodestrucción, violencia, adicciones, soledad, falta de arraigo en un lugar específico. La salida o expulsión del hogar en la adolescencia lleva a bajos niveles educativos al no continuar estudiando y terminan en el circuito de la prostitución porque es mejor remunerado que los trabajos a los que pueden acceder con primaria o secundaria. Pocos son los que logran romper este círculo perverso.Paulina trabaja desde hace años en la calle, a domicilio o en su casa. Tiene más de treinta y una década en el "talón", a diferencia de otras ahorra y prevé a futuro. Vive en un lujoso departamento en céntrica zona residencial y cuenta con un auto compacto. Hace poco me contó que entro a estudiar belleza en el Seguro Social.Mónica llegó hace cinco años de Oaxaca y desde entonces "jala" en los bares, en la carretera a Matehuala y últimamente (como ya dejan) en calzada Madero. Vive en una vecindad con otras vestidas a un lado de la vieja policía regia (ironía), pero tiene aspiraciones. También entro a estudiar a una academia, porque ya está cansada de las desveladas, los sobresaltos con la poli y los clientes que le piden de todo. Piensa abrir una estética el año entrante y andar de "mujer" todo el día.Podrían ser más, si alguien (fuera de la nota roja y de espectáculos), se tomaran la molestia de saber que existen, y hubiera programas de apoyo a este grupo específico. Pero como en la "capital del machismo" no hay lugar para putos.
XXXVYo también soy una excepción, quiso la suerte que saliera del clóset después de estudiar, trabajar, tener curriculum. Con todo y todo, de nada sirvió ante la trasgresión a los sacrosantos principios de la moral regiomontana; por lo cual es una lástima pero:Ya no voy a trabajar en El Norte, no daré clases en el TEC, no iré a los tables(a menos que me dejen bailar en el tubo), ni a los bailes gruperos(a menos que de vaquerita), no formare parte de esa cultura regiomontana del trabajo y el esfuerzo, de obreros robustos (sólo casarme con uno), cerveceros y futboleros que comen carne asada con los compadres mientras insultan a la esposa y sueñan con la secre del jefe. No saldré en "Líderes" con Lerdo de Tejada o me harán un monumento como a Pipo (compañero de la diversidad) o al Piporro(a menos que funde una industria, me haga padre o de perdido futbolista). No me casaré en catedral ni habrá pachanga para los primos ( claro que siempre me he querido casar de blanco pero en fin), tampoco me iré de luna de miel a Orlando ni apareceré en la página de socialitos(a lo mejor en Rola Gay o Homópolis). No viviré en Cumbres, menos en la del Valle, pero si en Valle del Infonavit con otras jotas. Cuándo muera, no habrá esquelas de una página, pero si la bandera arcoiris y la Glenda bellísima sonriendo con el modelito de última moda y el pelucón de miedo.Dormiré tranquilo, porque habré recuperado un trozo robado a nuestra dignidad y fracturado el muro del ghetto donde todavía muchos insisten en vivir.Posdata a manera de agregado:Mañana de septiembre en la oficialía de partes en el congreso del estado. Mario Prado llega a presentar una iniciativa para homenajear a los caídos en la batalla de Monterrey durante la intervención norteamericana de 1846.Los medios se acercan presurosos, esperan taxistas piratas. Cuestionan el porque de la presencia de Mario. Breve explicación, una reportera de televisión inquiere -¿porque no vino Glenda?-, esto no le incumbe, es una cuestión de historia no de derechos humanos.Paneos, fotos con el documento, nuevos cuestionamientos, finalmente salgo satisfecho con la cobertura.Nada apareció, ni ese día, ni los siguientes (con una sola excepción); el intelectual no es noticia, la travestí si.Con esos bueyes hay que arar en la capital del Forum de las Culturas.Monterrey. Octubre del 2004

jueves, julio 05, 2007

Primeros tropiezos



"Todavía no puedes andas y ya quieres corres." Eso le dice mi mamá a Santiago cada vez que lo ve jugando a las escondidas, o tratando de abrir un Gerber vacío. También se lo dice las ocasionales veces en que se llega a rodar afuera del cobertor que usan como tapete de juegos.

La rutina de Diego y Santiago es muy simple, todas las mañanas llegan alrededor de las diez a "casa de la abuela" a desayunar mientras ven el BabyTV o el Discovery Kids. Después se ponen a ver un ratito a los perros para darnos tiempo de trapear el "área de juegos". Luego se sientan en su tapete a ver la tele, a tomar el biberón y más tarde una siesta. El horario de la siesta es varible, depende de cómo hayan pasado la noche, pero suele ser Santiago el que se extienda más porque es el más desvelado. A las tres, comen y luego juegan otro ratote. Como a las cinco y media o seis se toman una segunda siesta. Entre siete y ocho toman un laaaargo baño relajante en la alberquita inflable y después mami les unta quincemil cremas y aceites para relajar y dormir. Finalmente, comen su cena y luego un biberón. Santiago entonces juega otro par de horas más y no se duerme sino hasta las once, o hasta que llegue su mamá, lo que suceda primero. Antes era Diego el que se despertaba como a las once para esperar despierto a Crix, pero ya se le quitó la maña porque prefiere aprovechar que muy temprano es el único despierto y tiene más chance para jugar y dar lata.

Lo más importante del día, como se puede notar transcurre en el cobertor en la "casa de la abuela" que es como ellos conocen su área de juegos. Lo malo es que ahora ya se la pasan explorando más tiempo abajo del cobertor que arriba y por consiguiente ya son muchos los zopapos que se han dado. Sobre todo Santiago que aunque es más tranquilo y explora menos, le gusta más estar sentado, por lo que a la hora de perder el equilibrio es más fuerte el golpe que los que se da su hermano que se la pasa arrastrándose y reptando sobre su panza. He allí que no me tomó por sorpresa anoche cuando Crix y Myrna me hicieron notar que Santiago presume en su frente su primer moretón. Para los que no alcancen a verlo es la tenue mancha que está encima de su ceja entre la primera y segunda arruga.

Así pues, este parece ser el anuncio de una larga lista de catorrazos y chipotes que van a sufrir mis dos pequeños cavernicolitas. Lo bueno es que lo toman con filosofía y despuésdel susto viene el besito de mami, el abrazo de la abuela y la visita a los perritos para olvidar la conmoción. Me estoy temiendo que empiecen a autoinflingirse daño solo para que mi madre los pasee en brazos por toda la casa visitando veintitantos perros diferentes.

miércoles, julio 04, 2007

Pequeñas tragedias

A veces me pongo a pensar en las pequeñas tragedias de cada día. Pienso en que la vida para Santiago y Diego debe ser muy fácil porque tienen a sus dos mamás y su abuela y su abuelos que les cumplen todos sus caprichos y cubren todas sus necesidades. Y sin embargo, ellos aún no saben que tienen el mundo en sus manos. Hoy Diego se puso a llorar porque se le acabó su galleta, a Santiago siempre le pasa. Se asustan porque ya no hay, y ellos sencillamente no comprenden que es muy fácil sacar otra del paquete y empezar a comer de nuevo. Cada pequeño paso es una hazaña. Cada tropiezo, una tragedia.
Será que nos pasa lo mismo a los adultos. Hoy me siento particularmente perdida en una inmensidad. Siento la terrible certeza de que sólo soy un granito de arena perdido en la inmensidad de una playa infinita. Siento que me quedé sin ngalleta y que nadie me va a dar NUNCA MÁS una galleta nueva.
Ayer, después de un par de años, mis papás vendieron la que fuera nuestra casa por muchos años. Ya no vivíamos allí porque le entró la necedad hace siglos de vivir en la casa de su mamá. Como quiera la sentí como una terrible pérdida. No era el interés de vivir allí, ni si quiera el hecho de que mis hijos algún día la heredaran, sino el hecho de saber que le pagaron a mi padre menos del 75% de su valos comercial.
La casa la compró el abogado de mi papá. El hombre que supuestamente debe defenderlo es el que lo animó a hacer un trato bastante malo. Por eso a veces me siento tan desamparada. Siento que las personas que deben defendernos y protegernos terminan siendo tan malas como las que intencionalmente nos hacen daño. Y bueno, termino siendo la protagonista de una peli bastante chafa en la que hasta el perro puede ser espia del enemigo. ¡Por Dios! ¿En realidad las personas normales tienen enemigos?
Hasta las pequeñas tragedias terminan convirtiéndose en episodios para llorar... ¡de la risa!
En fin, a lo hecho pecho y ahora hay que ir a sacar los muebles viejos que teníamos guardados en aquella casa. Lo único bueno es que mi padre quiere contratar a alguien que le ayude en el mantenimiento de los perros... lo malo es que ya tiene dinero para comprar más perros... Me conformo con ser un granito, pero, ¿me puedo cambiar de playa? ¡Quiero una galleta!

lunes, julio 02, 2007

C'est la vie

Para mí era un tabú
El viernes anduve de antro por Monterrey. Fui a la Noche de Collares del Taboo, ya saben, te dan cuatro collares en la entrada que a lo largo de la noche vas intercambiando por besos. Fui con una querida amiga que a su vez había sido invitada por otra querida amiga. Mucho rato después llegó Ana y se nos sumó en una expedición más por los antros de Monterrey. Yo no conocía el Taboo, tantos años de marquesa y no saber mover el abanico. Según dicen, ahí antes estaba localizada una discoteca llamada ESCENA (o algo así) a la que tampoco fui. Con la noche de collares por fin me cayó el veinte de que la actividad primordial de una disco es ir a ligar, de lo contrario, nunca captas por qué la oscuridad y las bebidas y las canciones. Nosotras nos fuimos al área de Infierno donde estaban tocando música electrónica. De todos modos me fui a dar mis vueltas a donde estaba el show: Una mujer con las tetas de fuera y un hombre bailando provocativamente. Yo no sabía para dónde voltear en mi afán de abarcarlo todo. La mayoría era mucho más joven que yo y que Ana y que esta querida amiga, pero aún así la pasamos bien. El cover fue bastante decente, pues sólo tuvimos que desembolsar 50 pesos por piocha. Me gustó. No bailé ni hice nada extraordinario, pero me divertí. Tal vez por la buena vibra del grupo en el que íbamos.

Más tarde, fuimos a otro que se llama E. En este lugar estaban llevando a cabo un concurso de transgéneros. Ahí también me la pasé bien porque parte de la competencia implicaba que representaran a una cantante. Así, vimos contonearse a Laura León, a Ninel Conde (quedé fascinada con el Bombón Asesino), Maribel Guardia, Talhía, Madona, Shakira y hasta Floricienta.

En el alboroto, una chica nos estuvo sacando plática y convivimos un poco con ella. Bueno, hasta bebida nos ofreció. Estuvo muy chido todo. Y repito, creo que me la pasé bien por la compañía. A las 3:00 de la mañana, decidimos regresar a casa porque un par de bebés podría despertar en la histeria total exigiendo la atención de una de sus mamis. Llegamos y vimos que dormían plácidamente.

Feliz sábado familiar
Sólo descanso un día a la semana. Soy correctora en un periódico que maquila en Monterrey las ediciones de Tamaulipas. El sábado es exclusivo para Ana y mis bebés. Así que con el respiro de la quincena decidimos ir al cine a ver Shrek 3. Diego es un bebé muy bebé. Entrar en la oscuridad de la sala puede causarle un ataque de ansiedad si no lo rescatamos pronto, lo apapachamos y le damos su leche. Medio ve la película y a la mitad de ésta cae perdido en el mundo de los sueños. Santiago no, se comporta más como niño. Se acomoda de tal manera que el biberón no le tape la visión y se concentra, como si en realidad estuviera entendiendo, en la pantalla. Vio completita la película. Sólo al final tuvo un ataque de frío y se puso inquieto.

People, please grow up!!!!
Pero los domingos sí trabajo. Y entonces me entero de la vida. Un amigo me escribió para contarme una de las historias más terribles que he escuchado en mi estancia en Monterrey. El no es de aquí, sin embargo, por cuestiones de trabajo se mudó. Pues resulta que su casera, al enterarse de que es gay, sin disimulo ni tantito despiste le pidió el departamento. A mí me hubiera gustado decirle: "Eso no es posible, esas cosas no pasan en Monterrey". Pero no puedo. Esta ciudad es traicionera. Incluso en áreas donde menos lo imaginas. Sé que hay ciudades violentas como el DF, pero Monterrey es rastrera. La gente se comporta bien buena onda ante la llegada de gente de fuera, se desvive por recomendar, decir y hasta sacar a pasear al pobre incauto turista o recién llegado, si es extranjero, mejor, porque no hay más satisfacción que andar hablando en voz súper alta en otro idioma. Los regios se preocupan por la cultura, cómo no, se preocupan por la tolerancia y la diversidad, pues por eso están organizando un multi saboteado FORUM de las Culturas: Dice en la introducción, en su página en internet que el Fórum Universal de las Culturas Monterrey 2007 busca servir como plataforma para la expresión de propuestas y postulados ciudadanos, el cual quedará establecido en cuatro ejes temáticos: Conocimiento, Diversidad Cultural, Paz y Sustentabilidad; además por medio de éstos, el Fórum tiene el empeño de acercarnos, entendernos, valorar nuestras diferencias y conocer el mundo.
Los ejes conformarán tres programas de contenidos: Diálogos, Exposiciones y Expresiones Culturales. A través de éstos, el Fórum Monterrey 2007 procura cimentar sus posibilidades de participación ciudadana y su compromiso con la generación de una sociedad global sustentable.
El Fórum Universal de las Culturas Monterrey 2007 convoca a la acción y cooperación, exhortando mundialmente a todos los que deseen participar y adquirir nuevas perspectivas y apreciar la diversidad de la riqueza cultural gracias al diálogo intercultural. El Fórum desea contribuir logrando el desarrollo justo y sustentable de la humanidad.

A mí me da igual si Nati se está gastando el dinero en barquitos o no. Me da lo mismo si el narcotráfico sigue dando mala imagen a la ciudad. Bueno, no me da lo mismo, pero no me estresa al grado de querer cerrar los ojos a un escenario de inestabilidad política. A mí lo que sí me da tristeza es la hipocresía de la cual hacen gala todos y cada uno de los involucrados ahí. Me da la impresión de que las culturas para ellos son más un show que una realidad con la cual deben aprender a vivir. Me parece buena idea que se haga, más no creo que los que aquí vivimos (me incluyo) tengamos abierta la mente para no sentir cuestionada nuestra ideología.
Y es eso. La casera de mi amigo se sintió cuestionada en su ideología y ni siquiera tuvo el valor de decir "te corro por gay y soy una homofóbica culera", sino que se la sacó más por la vía de "llegas muy tarde y haces mucho ruido", a una semana de haber firmado el contrato y sospechosamente después de que un amigo se quedó a dormir con él.

¿Qué vas a decir para cambiar el mundo? preguntan en la página. Qué responsabilidad tan fuerte.
Me fui y cuando volví...

El domingo por la mañana, ya casi pasando el mediodía, me fui al periódico (trabajo los domingos). Me fui dejando dos bebés. A los quince minutos recibí un mensaje de Ana: ¿Adivina quién tiene un diente? Yo pensé que Santiago, no sé por qué, parecía que era el más adelantado en eso. Sin embargo mi sorpresa fue grande cuando me sacó de mi error: Diego era el portador de un piquito blanco asomando por la encía.

Llegué tarde a casa, ya casi a la medianoche. Diego dormía en la sala de la abuela, luego de haberse metido debajo de un mueble que sirve de cama para los perros. Tenía el pie lleno de mugre. Santiago estaba sentado, de frente a la puerta. Me vio y aplaudió, me pidió que lo cargara y estaba feliz de la vida en mis brazos. Lo llevé a nuestro lado de la casa y lo dejé acostado en la cama. Se enojó, él no quería estar así. Entonces con una flexibilidad propia de él, se incorporó; no fue accidente, se sienta si quiere y se acuesta si así lo desea.

Me conmoví, miré a Ana y le dije: Dejé un bebé y me recibió un niño.

Corrección: Dejé dos bebés y me recibieron dos niños.

domingo, julio 01, 2007

Habemus diente!


Bueno, más bien habemus yente, porque el portador de tan hermosa piececita dental es nada más y nada menos que el guapísimo de Yego. "...Tiene un solo diente/ orejas de burro/ y un rulo en la frente... " Estas son palabras de Elena Walsh, que de momento describen perfectamente a Diego, aunque en realidad creo que el poema nada tiene que ver con bebitos tiernos. Necesito ponerme más poética porque mi mujer me ha descrito como una activista fría que habla de las cosas de la vida a rajatabla y sin dejos de poesía.

Así que hoy por la mañana cuando apreciaba las hermosas obras de arte que tuvimos a bien crear descubrí en uno de ellos un pedacito blanco que asomaba de su antes desdentada sonrisita bella. Ahora, no se qué fetiche extraño tengo yo, pero siempre me pareció que Diego tenía las encías más bonitas del universo. Probablemente diría lo mismo de Champi, pero el insiste en tener su boquita muy apretadita para que no le veamos las encías, eso sí, tiene una lengüita divina. Mis pedacitos de cielo son tan perfectos que no puedo dejar de maravillarme cada instante que paso viéndolos. Todo el tiempo les tengo que acariciar un cachete o dar un beso en algun huequito que tengan desprevenidos.

Soy una mami acosadora, cada segundo que pasan despiertos los sigo con la mirada. Cada gestito me lo sé de memoria. Me gusta acaraciar sus manitas, enchinarles el pelito con mis dedos índice y pulgar. Paso constantemente mis dedos por sus labios, en una muy antihigiénica muestra de cariño. Los beso, los huelo, les hago cosquillas. Los siento, les soplo en la barriguita. Jugamos riqui-riqui-riqui-ran. Y luego me pierdo en imaginarlos más grandecitos, corriendo por la casa, jalándoles las orejas a por lo menos siete u ocho perros.

Esta mañana, tan perfecta como las demás que paso con ellos, después del gerber de medio día y del berrinche de tengo-sueño-pero-no-me-puedo-dormir, descubrí que mi bebé, el más pequeño de los dos (no hablo de tallas aquí), que mi pequeña morulita espantada, mi Sergio Diego Alfonso Guadalupe Díaz de Berlanga de Alejandro García de Mamá de Mami y de Cloty ya no es un bebecito, ya es un bebesote grande en plena dentición. Ustedes pueden no notar el pequeño punto blanco que despunta en la encía inferior del lado izquierdo (derecho en la foto), pero allí está y llegó para quedarse al menos seis añotes. Y ahora sí, prepárese el mundo porque mi Yego se los va a comer a mordidas. Argh!