Y volver, volver, voooolveer!!!!...

Pues sí, señoras y señores. Criseida y yo volvemos al árido norte. Quizá dos años, quizá un poco más o un poco menos, pero por lo pronto es nuestra próxima escala en el mundo. ¿A dónde? Por lo pronto a casa de mis padres y en un par de meses al domicilio conocido en Colinas. ¿Desde cuándo? Pues a partir de este próximo fin de semana. ¿Para qué? La versión oficial reza que "para que mi mamá nos ayude con los bebés". La extraoficial son las mejores oportunidades laborales que tenemos en Monterrey. Mi versión es que extraño mucho a mis amigos y amigas y a mis ahijados.

Claro que como con todos los cambios pues llegan los miedos, las dudas. De lengua me tengo que comer un taco, porque para empezar yo había jurado nunca volver a vivir en Mty. Pero el tiempo cura todas las heridas y ahora creo que puedo empezar a reconciliarme. No espero demasiado, creo que con el tiempo mis estándares han bajado y ahora sé lo que puede y lo que no ofrecerme la ciudad ( y su gente). Así que ahora procuraré no ser tan exigente.

Aún así el pánico me invade. Claro, me la paso haciendome la fuerte, porque sino no hubiera podido convencer a Crix de aceptar el traslado. Ella cree que un día vamos a amanecer muertas en Escobedo porque un grupo de pandilleros intolerantes nos va a matar a pedradas. Yo me imagino que no vamos a ser bien recibidas por los Opus y pro vidos, pero no recuerdo que tengamos muchas amistades de ese tipo, así que tal vez no sea tan trágico.

Por otra parte, quizá sea trsite toparnos por todas partes a personas que solían ser parte de nuestra familia y amistades, pero tampoco se trata de huir todo el tiempo de la gente que nos hace fuchi por ser lesbianas, ¿no? Yo creo que ellos se lo pierden. Y pues yo no quiero que mis hijos se pierdan de convivir más con su abuela y su abuelo solo porque un par de gentes nos dejaron de hablar. Total, aunque no sea una metrópolis de 20 millones de habitantes, creo que Monterrey con sus casi 5 millones de habitantes es lo sificintemente grande como para que quepamos también nosotras y nuestros hijos.

Nos va a requerir un esfuerzo mental muy grande acostumbrarnos a que en Galerías y Valle Oriente nos vamos a terminar topando con excompañeros de escuela, examigos y conocidos que no tenemos ganas de ver cada vez que vayamos. No es que seamos antosiciales, es solo que ya nos habíamos acostumbrado a esa especie de anonimato que dan las grandes masas de gente.

Como quiera hay muchas cosas que ansiamos y nos entusiasman, por ejemplo un elote de La Prísima, Pollo Loco, Carl's Jr., Sierra Madre y mucha, pero mucha carme asada. La panza es la más ilusionada con volver a Monterrey.

Tenemos mucho entusiasmo y creemos que después de todo con miedo no se soluciona nada. Es gracias a gente que enfrenta a su sociedad que se logran los grandes cambios, ¿no? Así que ahora nos toca ser fuertes y enfrentarnos a quien diga que esta no es la forma correcta de hacer las cosas. Después de todo para nosotras lo es y por nuestros hijos tenemos que actuar convencidas de ello.

Espero que todo nos vaya muy chido por allá y no tener que escribir un día de "la vez en que nos corretearon a escobazos por Apodaca". Bueno, objetivamente hablando, creo que no tenemos nada que hacer en Escobedo ni en Apodaca, pero una nunca sabe...

Bueno, por el momento es todo lo que tengo por decir. Nos vemos pronto regiolandia! Y hasta luego DF, esto por ningún motivo es un adiós. Una nunca termina de irse de una ciudad que le ha dado tanto. Y a nosotras el DF nos dio la oportunidad de crecer, como personas, como pareja y como madres. Es un nuevo y agridulce comienzo, pero es un paso hacia adelante, de eso no cabe duda.